Opinión | Crónicas de Málaga

Discrepa Noelia Losada

Losada propone un concurso de arquitectura para el cine Astoria. | ÁLEX ZEA

Losada propone un concurso de arquitectura para el cine Astoria. | ÁLEX ZEA / José Antonio Sau

Al alcalde, Francisco de la Torre, la concejala de Cultura, Deporte y Teatinos, Noelia Losada, le ha salido respondona. Son de partidos distintos, claro, y ella, sobre todo, ha pedido a los demás que le dejen discrepar. No hay nada más sano que eso, viene a decirnos Losada. Y, puestos a discrepar, ha discrepado mucho en los últimos tiempos: el viernes dio una rueda de prensa acompañada de los pesos pesados de su partido, Ciudadanos, en Málaga: ahí estaban el muy solvente Guillermo Díaz, diputado nacional y dirigente local, o el exconcejal Alejandro Carballo. Allí, en la rampa de Mundo Nuevo, dijo a los malagueños a través de los periodistas que proponía un concurso de arquitectura vinculante, no como la chapuza que organizaron hace unos años y que acabó con la espantada de Antonio Banderas, sino algo que sirva para que haya calidad en esa pastilla de terreno. Y pide Losada una actuación de bajo impacto, de baja más una, como mucho, para que se conozca la historia de Málaga: implantar una especie de ascensor histórico que pase revista a las etapas fenicia, romana, cristiana o musulmana. Más o menos lo mismo que quiere la oposición, un proyecto de interpretación arqueológica. Discrepa Losada también en el hecho de que el Hermitage venga a Málaga con dinerito público local, porque ya hay muchos hoteles. Si quieren venir, dijo el viernes, que lo hagan con un proyecto privado. Y, por otro lado, insinuó que los promotores de ese museo estaban usando a los malagueños para poner celosa a Barcelona, la capital que se está desgobernando Ada Colau, y que Málaga, en el fondo, es sólo una cortina de humo, una querida en una relación de dos, que diría una canción de Quintero, León y Quiroga. Discrepó Noelia Losada en el último pleno, por ejemplo, cuando dio a un paso al lado con el tema del hotel del Puerto: votó con la oposición aceptar el dictamen del Ministerio de Cultura sobre el futuro rascacielos hotelero. Ya saben que el Gobierno ha abierto un procedimiento por expolio y por el impacto que tiene en el Centro Histórico, que es Bien de Interés Cultural (BIC). Este proceso es paralelo al trámite urbanístico, que debe acabar en la mesa del Consejo de Ministros para darle el sí o el no a la modificación de elementos del Plan Especial del Puerto. Ahí hay también interpretaciones diferentes entre Málaga y el Ejecutivo de Pedro Sánchez. El caso es que Losada dice que, aunque sigue apoyando el hotel, le gustaría que Málaga acatara ese informe. Y si es malo o negativo, pues se acepta. Y no hay Torre del Puerto. Discrepó Losada también, por ejemplo, cuando criticó la política de cargos de confianza del PP, nómina de directivos que sigue creciendo más que el niño de Zumosol y que no sólo le ha afeado Losada al regidor, sino también toda la oposición municipal. También censuró el pacto de estabilidad firmado por el regidor malagueño con Juan Cassá, exportavoz de Cs y ahora edil adscrito a sus intereses. Y votó contra los intereses de su equipo de gobierno, pero reclamó el derecho de Cs a discrepar: que nadie crea, vino a decir, que Cs es un partido antisistema, sino que es un socio fiable de gobierno para Málaga. Y bueno, también vino a decir que esas discrepancias no encerraban una crisis de gobierno. El caso es que este cronista cree que Losada tiene derecho a discrepar, claro que sí. Tiene sentido común suficiente para hacerlo, sobre todo cuando se le ha obligado a tragarse el sapo de Cassá, que también le zurró el otro día. De paso, ello tiene un efecto benéfico sobre la formación naranja, porque si los de Inés Arrimadas quieren hacer algo en las locales o allá donde gobiernen con el PP es mejor que empiecen ya a diferenciarse, en lo posible, de los populares y soltarse del abrazo del oso de esa formación. Discrepa Noelia Losada de muchas cosas, incluso del apoyo de Cassá, que ha dado su voto por nada. Al menos es lo que sabemos. Hay quien dice que es imposible que Cassá entre en el PP, entre otras cosas porque hay muchos recelos hacia él en la bancada popular después de que promoviera el marrón judicial de algunos de los concejales y eso nunca se lo van a perdonar. No sabemos qué pensará Noelia Losada de las ganas que tiene el alcalde de volver a presentarse, ni de que el PP ya haya santiguado ese énfasis del regidor por seguir al frente de la ciudad. Sí podemos colegir que su discrepancia activa y militante de las últimas semanas se debe, claro, a lo de Cassá y a esa foto del alcalde con el exportavoz de Cs; y también se debe al marrón que se ha comido al tener que destituir al exgerente de Málaga Deporte y Eventos, un tipo que lo estaba haciendo bien al frente del negociado pero que ha tenido que irse por una más que criticable sentencia judicial que no escuchó los argumentos del fiscal. Le apretaron de lo lindo a Losada para que acabara con la carrera política de Paradas. En los medios y de forma interna. El caso es que Losada ha discrepado. Las tensiones que la rodean ahora han de ser enormes, supongo. Pero la democracia, queridos lectores, está en la discrepancia, más que en esas fotos de militantes aplaudiendo con caras felices a líderes elegidos a dedo por las maquinarias de las diferentes formaciones. Debe ser de las pocas que le ha dicho que no a De la Torre en las dos últimas décadas. No sé si acabará pasando, pero ¿podría darse una ruptura del pacto de gobierno a pocos meses de las municipales? Bueno. Hagan sus apuestas.