Opinión | Zona Press

Ser entrenador de baloncesto

Muy pocos pueden pronunciar esta frase. Solo unos privilegiados pueden decirla sin temor a mentir. Un grupo reducido de ellos viven muy bien siendo entrenadores profesionales de baloncesto y otro grupo, mucho más numeroso, vive teniendo como profesión el baloncesto pero con sueldos con los que vivir al día.

Pero después está el gran grupo de entrenadores, ese que entrena a equipos de cantera en clubes pequeños y colegios, esos que sueñan con pasar algún día al grupo de los privilegiados. Estos entrenadores de cantera cada vez deben estar mejor preparados. Su preparación nada tiene que ver con la que tuve yo, por ejemplo. Ahora deben saber baloncesto, psicología, medicina, preparación física, relaciones con las familias... Prepararse para dirigir un equipo de niños de 12 años es muy complejo y profesional, profesional en todo menos en el sueldo. Y esto último hay que tenerlo muy claro. Hacer baloncesto de cantera pensando en la remuneración no tiene sentido. Hay que asumir que puede ser un complemento al salario de tu trabajo. O para ayudarte a pagar la matrícula de tus estudios. Debes amar realmente el baloncesto y asumir que es un vehículo fabuloso para formarte buscando el sueño de pertenecer algún día al selecto grupo de entrenadores profesionales.

Y no vale quejarse. Tampoco vale pedir más ni desmotivarse porque pienses que mereces más dinero o un mejor equipo. Los jugadores o jugadoras que entrenas no merecen eso. Ellos merecen tener un entrenador que los motive gracias a la ilusión con que los entrena, que haga que sean intensos porque él es intenso entrenando, que ponga el alma en cada defensa porque así ellos pondrán sus piernas y su corazón. Ese equipo que te toca debe ser para ti el mejor equipo del mundo y poner toda la atención en ellos.

Pero esto no se pisa con formarse. Esas fuerzas que gastamos en quejarnos o en pensar lo injusto que es lo poco que ganamos hay que usarlas para formarse. Es el único camino para ser mejor y ser mejor es fundamental para llegar a ser profesional. No vale entrenar varios equipos para así tener un sueldo, que tampoco será muy grande. Si entrenas varios equipos, ¿cuándo te formas? Es mejor asumir que no siempre puedes ganar dinero entrenando y que tienes que prepararte para ser mejor. Prepararte yendo a ver entrenar a otro compañeros. O siendo ayudante del entrenador de tu club que más te guste. O aunque no te guste, porque sabes que de todos puedes aprender, aunque sea lo que no se debe hacer. Y no esperar remuneración por ser ayudante. Tu remuneración es tu formación.

Nos ha tocado vivir en esta sociedad donde conseguir información es muy fácil. Hay cientos de clinics en internet que ver para seguir tu formación. Y, por supuesto, hay que ver baloncesto. ¿Cuántos partidos a la semana vemos? Tenemos partidos LEB Plata, LF2, LF Challenge o Liga Endesa. También ACB, Euroleague, NBA y LEB Oro. Es verdad que por estos últimos hay que pagar por verlos, pero ¿en qué campo laboral formarse es gratis?

Si hablamos de cocina, que ahora está tan de moda, magníficos cocineros jóvenes dan todo de sí por trabajar gratis en los mejores restaurantes por formarse junto a los mejores cocineros. Sí, trabajan gratis y muchas horas delante de los fogones cuando podrían estar en sus restaurantes ganando dinero. Y es que lo que buscan es formarse para ser mejores cocineros. Y no protestan por no ganar dinero o por las horas que echan. Lo hacen llenos ilusión, motivación y ambición por ser mejores.

Así tenemos que ser los entrenadores. Joder, si los mejores entrenadores del mundo no paran de ver partidos, de estudiar a otros entrenadores y de formarse, ¿cómo no vamos a formarnos nosotros que no somos nadie? Y hay que hacerlo sin pedir nada a cambio, con ilusión por formar parte de un equipo o un club, con motivación de ser capaz de aportar y con la ambición de ser mejores. Ese es el camino para que valoren lo que haces y puedas aspirar a un equipo de más proyección la temporada que viene o que te hagas tan necesario que tu remuneración sea mayor como reconocimiento a tu trabajo.