Poste bajo

Poste bajo suena a añejo, a entrenador o aficionado que habla de baloncesto contando batallitas de abuelo cebolleta. Esa posición en la cancha, al borde de la zona, más o menos en la segunda letra, era un espacio que tampoco hace tanto tiempo se usaba para atacar desde ahí. Los pívots se colocaban en ese espacio para recibir y jugar uno contra uno de espaldas a canasta siendo capaces de anotar, muchas veces a través de un lanzamiento de gancho. Los equipos atacaban ocupando los dos postes bajos de la zona, colocando ahí a sus dos hombres más grandes. Había jugadores que eran capaces de distribuir a sus compañeros desde esa posición. Ellos podían conseguir ventaja jugando uno contra uno de espaldas a canasta y, ante las ayudas de la defensa, asistían desde esa posición de juego a sus compañeros liberados para que estos tirasen de fuera. Podíamos decir que jugaban de base desde el poste bajo. Había jugadores de un gran talento en el uno contra uno en el poste bajo. Hakeem Olajuwon, Kareem Abdul – Jabbar, Patrick Ewing o Charles Barkley son ejemplos de míticos jugadores letales en esa posición.

El baloncesto evolucionó a liberar esa posición por los hombres grandes para que la pudieran ocupar jugadores exteriores. El alero alto, que en muchas ocasiones había jugado de pívot pero que por su altura fue adaptándose a jugar en posiciones exteriores, era el jugador que podía ocupar esa posición de poste bajo para atacar de espaldas a canasta. Bodiroga es un gran ejemplo de ese tipo de jugador. Hasta los bases podían ocuparla, mucho más si eran bases altos, como el caso de Magic Johnson.

En la actualidad, la tendencia es totalmente la contraria. Se tiende a liberar las posiciones de poste bajo para hacer la cancha más grande y que las distancias entre los atacantes sean mayores. Esta tendencia implica que se juega con un solo pívot y que este debe tener capacidad técnica para jugar de cara a la canasta y tener rango de tiro. Muchos equipos juegan incluso sin pívot, lo que se denomina jugar con un small ball, que no es otra cosa que jugar con cinco jugadores exteriores.

Jugar sin ocupar los postes bajos favorece que se juegue con estructuras de five out. Esto es que los equipos se posicionan con los cinco jugadores abiertos en las cinco posiciones exteriores y, desde ese spacing, se ataca con diferentes sistemas de ataque. Solo puntualmente si tienes un alero grande y muy fuerte capaz de generar ventaja de espaldas a canasta, creas una situación para atacar con él desde esa posición. Por ejemplo, estos últimos años el Madrid solía atacar desde el poste bajo con Deck, el alero argentino.

Debido a esto, el pívot ha evolucionado a dejar de ser un jugador de poste bajo, desde donde generar ventaja a través de jugar uno contra uno, para ser un jugador capaz de tirar de tres puntos, echar el balón al suelo jugando de cara al aro y ser un jugador de pick and roll, recibiendo cerca del aro solo cortando al aro después de bloquear al jugador con balón. Tabares es un claro ejemplo de este tipo de juego de pick and roll. Eso si no es un jugador de pick and pop, cada vez más común. Esto es que después de bloquear al hombre con balón se abrirá hacia fuera para recibir y tirar de tres puntos. Un ejemplo de este tipo de pívot es Dubljevic, el jugador del Valencia Basket.

En esta tendencia en la que todos los equipos tienden a jugar abiertos, sin ocupar el poste bajo y sin crear ventaja desde esa posición, mola mucho ver al Barça de Jasikevicius. Me arriesgo a decir que el suyo es el equipo del mundo que más usa el poste bajo para atacar. Y no solo lo hace con su pívot Davies, quizás el mejor de Europa sacando ventaja de espaldas a canasta. También ataca el poste bajo con Mirotic y Smits, sus cuatro tiradores. Pero es que también hace jugar al poste bajo a su alero alto Hayes. E incluso a su escolta Higgins... Toda una propuesta diferente a lo que se plantea en el resto del baloncesto mundial, con mucho sabor a añejo.