Opinión | Palique

Marisa, resiste

Sometida a un cambalache, quieren vulnerar el pacto con ella y arrebatarle el escaño en el Senado

Juan Espadas y la nueva dirigencia del PSOE andaluz quieren que Marisa Bustinduy deje el escaño en el Senado. Los socialistas andaluces tienen tres senadores por la cuota de representación autonómica. A uno lo quitaron para que entrara Susana Díaz. A otro, Miguel Ángel Vázquez, lo quitan para que Juan Espadas tenga rango protocolario, asidero, sueldo y algo más de relevancia entretanto prepara las elecciones como nuevo líder y candidato. Pero también se quiere el escaño de Bustinduy, ahora, para Noel López, alcalde de Maracena y secretario de organización del PSOE-A. El number two de Espadas. La idea es que López deje esa alcaldía y se dedique al partido. Bueno, y al Senado. Pero Bustinduy se resiste. Y con razón. No tiene a estas alturas el escaño para ruidos. Ole su escaño. Ella adquirió el compromiso con el partido de dejar el acta en el Parlamento andaluz (también por una de esas operaciones de ingeniería política similar a esta) e ir al Senado y acabar la legislatura en él. Le supuso un sacrificio personal. Ahora le rompen el acuerdo, pacto, por la cara. Terminar esta legislatura sería el colofón a su carrera política. Bustinduy no merece ser, por su trayectoria en el partido, juguetito del cambalachismo.

Tiene arrestos y muchos kilómetros en el cuerpo como para decir con su mejor sonrisa que no piensa irse. Aún están por resaltar muchos de sus méritos como secretaria provincial del PSOE malagueño (2000-2008), como apretar a Magdalena Álvarez, que siempre estuvo por esa labor, y a Zapatero para que trajeran inversiones y culminaran infraestructuras en Málaga. AVE, ampliación del aeropuerto, autovías, taller de Renfe en Los Prados. Etcétera gordo.

Bustinduy hubiera sido una buena alcaldesa (concursó en 2003 y 2007) aunque no siempre fuera la candidata óptima. Y además, al simultanear ese cometido con la secretaría provincial no pudo centrarse del todo en lo importante. A veces. Huelga decir que tuvo la ‘mala suerte’ de topar en el tiempo con De la Torre, que es algo así como ser de Camas y querer ser el mejor torero del pueblo.

Marisa, resiste. Estamos contigo. El escaño para el que se lo trabaja. Buena parte del partido en Málaga piensa que Bustinduy no debe dejar esa plaza, pero se cagan la mayoría a la hora de decirle a Espadas, mira Juan, por ahí no. Al PSOE malagueño le están tocando los bemoles y los tótems. Venga, marisistas de antes y ahora, un esfuercín.