Opinión | LA SEÑAL

El olor del miedo

Ya estaban todos en la sala de reuniones: el presidente; el repescado Óscar López, director de su gabinete; el general Miguel Ángel Ballesteros, director del Departamento de Seguridad Nacional, o Ministerio de la Verdad; las ministras de Defensa, Margarita Robles, y Asuntos Económicos, Nadia Calviño; el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y Héctor Gómez, portavoz en el Congreso.

Los acontecimientos se estaban precipitando desde la noche anterior. Además, antes del mediodía también se reunió la Comisión Delegada del Gobierno para Situaciones de Crisis, en la que buena parte del protagonismo correspondió a la directora del CNI, Paz Esteban, que facilitó las primeras informaciones secretas del frente de guerra. Pero, ahora, de lo que se trataba era de la comparecencia en el Congreso de los Diputados.

- Lo primero que tengo que decir -el presidente hizo un rápido barrido con su mirada, levantando su poderoso mentón- es que, dada la situación, lo que no debemos hacer es calentar más los ánimos de los españoles. Eso sí, debemos neutralizar algunas informaciones, falsas al tratándose de nuestros enemigos. Me refiero, por ejemplo, a que debemos hacer uso de la base de datos de EUvsDisinfo, la herramienta que recoge el trabajo de la East StratCom Task Force, creada por encargo del Consejo Europeo. Si los rusos tienen bien engrasada su maquinaria de desinformación, nosotros no somos menos. En el caso de España, aparte de los medios más conocidos del Kremlin, como Sputniks News o RT, hay otros que merecen nuestra atención. Algunas voces interesadas se han atrevido a decir que nuestra iniciativa se corresponde con el intento de demostrarle a los Estados Unidos que somos un aliado leal para que este nos ayude en la crisis con Marruecos. Nada más lejos de la realidad. A continuación, nos interesa dejar claro que Rusia mantiene un largo recorrido de violaciones del derecho internacional desde la anexión de Crimea y su intervención en Dombás…

- Perdón, presidente, aquí le pueden contestar que… -intervino el portavoz parlamentario-.

- ¿Qué me pueden contestar?, vamos a ver…

- Le pueden decir que Crimea siempre estuvo en el mapa ruso y que en 1954 en una noche de borrachera Krushev se la regaló a Ucrania, es un hecho.

- No creo que me vayan a decir eso en el hemiciclo, dos tercios están a favor de lo que hacemos…

- Sí, pero un tercio no, precisamente los que apoyan al Gobierno cuando este los necesita, y que son los que están en contra de enviar militares. Pero déjeme que le diga más, presidente. Rusia ha constatado que la UE y EEUU podían invadir estados violando el derecho internacional, como Serbia en 1989, y poco después, a partir de 2001, romper su integridad territorial creando un Estado fantasma, como lo es Kosovo desde febrero de 2008, y por la fuerza. No nos olvidemos tampoco de que estas agresiones quedaron impunes, y que Javier Solana era secretario general de la OTAN y fue el que ordenó bombardear y…

- ¡Basta! Te estás excediendo con los hechos… -le cortó el presidente, mientras que el general Ballesteros se pasaba la palma de la mano derecha por su frente sudorosa-. Pero, en ese caso, tengo munición suficiente para replicar. Que si el envenenamiento de opositores rusos en el Reino Unido, como Litvinenko, su intromisión en las elecciones de distintos países, desde Estados Unidos al procés…

-Eso no haría más que empeorar nuestras relaciones con Rusia -intervino Albares, ministro de Exteriores-.

-Pero tendremos que contraatacar, ¿o nos vamos a quedar calladitos? Tengo en mi despacho los informes que han servido para la elaboración de la Estrategia de Seguridad Nacional que aprobó el Gobierno el pasado 28 de diciembre -Día de los Inocentes, le ha faltado decir, pensó la ministra de Defensa, que conocía el secreto mejor guardado, que solo hablamos de sanciones a Rusia porque tenemos miedo a disparar un solo tiro, y ese miedo lo ha olido Rusia-.

La reunión continuó por los mismos derroteros unos minutos más porque el presidente estaba cansado de objeciones y quería estar fresco ante las cámaras de televisión. Se levantó, hizo como que atendía el móvil y desapareció.

José Moreno Villa sostenía:

Este es el frente; aquí no hay

el menor asomo de juego.

Ya no valen literaturas;

éste es el frente duro y seco.

Es la bala y el cuerpo humano.

Es la tierra y el cuervo siniestro.

Es la cabeza y es la mano.