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Pedro Casado y Susana Díaz Ayuso

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. / EP

Creímos que en la cruenta y sonrojante batalla de quienes eran líderes del PSOE en el año 2016 se había tocado techo. Algunos lo pasaron mal, sobre todo en las provincias, donde las minorías siempre son las perdedoras aunque gane su apuesta federal o nacional. No sabíamos que el PP nos tenía reservada una apuesta mayor: todo al verde (de Vox). Habrá quienes hoy se alegren de lo que le está pasando al principal rival del PSOE. En el PP pensaban que la crisis que golpeó a Ferraz era una oportunidad para varios decenios de poder sin filtros y acabaron maldiciendo a los socios necesarios del nuevo gobierno de España que nació poco después. Ahora todo va a favor de Vox; si el PP no se endereza, los de la reconquista acabarán no ya siendo necesarios sino mucho peor, siendo socios mayoritarios en todos los territorios. Siempre nos quedará la «gerigonça» mirando a Portugal. O imitarlos. Para seguir compartiendo con el PP algunas experiencias... no hace tanto, en el segundo intento de Susana Díaz de doblar el brazo al líder nacional de su partido (o viceversa), a través en este caso de Juan Espadas, volvió a perder; pero repitiendo victoria en Málaga, y eso, como decíamos ayer, digo, en el párrafo anterior, es lo que cuenta. Me venía a decir hace poco una importante líder progresista que lo importante es acertar en la provincial, en su aparato, y que ahí está el poder además de la circunscripción. Los chicos y las chicas del PP de Andalucía estuvieron con Soraya Sáenz de Santamaría, no querían a Casado porque lo veían muy de derechas. Ahora no saben, no contestan, no quieren equivocarse porque en breve tienen elecciones y no tienen la gaviota para farolillos. Siempre tendrán el comodín del tito Patxi Feijóo. Desde Málaga, el cruce de navajas de los conservadores se ve con interés por unos, preocupación por los suyos y alegría por los incautos. Es cierto que de las últimas tanganas del PP, en la provincia no se mataron, y eso siempre les favorece; pero en esta ocasión se forzará la maquinaria para que se retrate hasta el tato. Sirvan los ejemplos de lo ocurrido al partido no hermano, pero también complejo, para que el PP de Málaga, que perdió el último congreso nacional, pero ganó aquí abajo, apriete nalgas y a Bendodo.