Opinión | ARTÍCULOS DE BROMA

De Van Gogh a hoy mismo

A Van Gogh hoy no le haría falta pintar 800 cuadros y hacer más de 1.600 dibujos. Le bastaría con cortarse la oreja para estar en el mercado del arte. Quizá la posmodernidad del posimpresionista holandés sea haber descubierto el arte de incordiar al cuerpo con una navaja como ahora hacen otros con cuerdas, hielo, cuchillos, agujas, bisturíes...

En Arco se presentó ese vídeo de la performer peruana Winnye Mendoza, que no se siente mujer y se hizo una reasignación sexual «a mi medida, que consiste en cerrar las tres cuartas partes de la abertura de la vagina, dejando un pequeño orificio para menstruar y expulsar fluidos. Mi vagina es obsoleta y no sirve para sus dos pilares que son dar a luz y tener relaciones sexuales. Si para mi mente mi vagina ya estaba cerrada hace mucho tiempo, ¿por qué no hacerlo realidad o hacerlo físico?». Claro, ¿por qué no? ¿Por qué no la amputación de miembros que no funcionan? Mendoza pensó en reconciliarse con su vagina, pero concluyó que eso era abandonar y, luchadora, cerró la vagina y abrió la reflexión.

Al cuerpo intervenido con arte -que no incluye a los cirujanos de estética en las exposiciones, performance, ferias o subastas- se unen los artistas que son obra y modelo de un nuevo concepto de belleza no binario. El cuerpo es el soporte de la obra y la obra misma. Algunos artistas parecen más modelos que creadores, aunque Basit, el visibilizador del arte afroqueer en Nueva York dice que lo suyo es «contar historias a través de textiles, patrones y texturas que involucren todos los sentidos mientras se despiertan memorias y emociones», lo que da a entender que es modiste o costurere.

El cuerpo, que a veces es el artista, a veces la obra y normalmente el soporte, todavía no incluye a los culturistas como escultores porque no lo hacen para provocar ni por debatir ni teorizando. Hoy Van Gogh diría que no se reconcilió con su oreja o con su pecho, en el que terminó alojando una bala, y la filmación de su muerte podría criptomonetizarla su hermano Theo vendiéndola como criptoarte.

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