Opinión | Palique

(No) ponga una valla en su vida

Parece que no lo pueden remediar. Nos descuidamos y, zas, una valla.

Las vallas instaladas en el Muelle Uno.

Las vallas instaladas en el Muelle Uno. / Gegorio Marrero

Qué manía tienen en el puerto de Málaga con poner vallas. Ven un hueco y, zas, valla que te crió. Un espacio libre, valla. Un horizonte que da a la mar, valla. Y así llevan toda la vida, valla que te valla y vaya plan. A Málaga le costó mucho derribar la valla que históricamente separaba los terrenos portuarios del Parque y de otras zonas. Aquello era peor que el Muro de Berlín, peor que la muralla china, peor que la barrera invisible que tenían aquellos personajes de Buñuel que no podían salir de una sala. Aquella valla tampoco es que la tirara la ciudadanía, cayó por fuerza de sentido común. Y, ojo, no es que la barrera entre el Paseo de los Curas y el propio puerto haya sido eliminada ni mucho menos. En fin.

La última valla, vaya ocurrencia, ha sido una valla para que no se vea desde el Muelle Uno el agua. Ni los barcos, ni los yates, que serán megas. Lo malo que tienen las vallas que impiden la visión es que se ven mucho. Y como se ven y no dejan ver, la gente se queja. A veces es más efectivo escribir contra una valla que intentar saltarla. Ya saben. La polémica ha sido amplia, no tan alta como la valla a derribar pero sí de ordagín. Y la Autoridad Portuaria ha reaccionado bien. Rectificando. Está por ver la solución, no hay que desconfiar de la capacidad de chapuza. Se habla de unos paneles transparentes. O de que la valla sea de altura inferior al españolito medio, que como ya se hartó de yogures en su infancia, que no fue la posguerra, merodea sin problemas por el metro y pico.

En cualquier caso, den por perdida cualquier vista desde el Palmeral o el Muelle Uno: los megayates son como edificios y no dejarán ver nada. No es una crítica; es una constatación. Bueno, sí dejarán ver algo, dejarán ver esos yates, casoplones flotantes, lujo navegable, símbolo para el español corriente (el de los yogures) de la vidorra padre. Lo que sí salta a la vista es que hay que tener amigos con barco. Vaya que sí.