Opinión | MÁLAGA DE UN VISTAZO

¡A callar!

Viviendas en construcción en Málaga capital.

Viviendas en construcción en Málaga capital. / ALEXZEA

Siete años de subida meteórica del precio de las viviendas. Aunque estancada en pandemia, arrancó 2022 pagándose precios lunáticos (el m2 lunar aún no está publicado, pero queda menos, ya nos dará luz el Olimpo del OMAU). Muchos pisitos superan los 200 mil euros y aportar un ahorro mínimo del 20% al banco se convierte en chiste, pero tampoco se libra la subida del alquiler, junto con el impactante encarecimiento de todo. La LAU supuestamente modificada para fomentar el alquiler, no lo hace, y menos cuando no existe una vía económica expedita para desahuciar morosos y okupas, por lo que la política del Gobierno, su legislación y su justicia enquistada provocan un aumento de precios. De otro lado, los grandes inversores especulan o realizan bloques de apartamentos turísticos con aquiescencia de políticos que no ponen freno. Así, desalman ciudades, permitiendo que no salgan viviendas en alquiler y venta, a la par de sustituir hoteles por ‘turísticos’ con menos exigencias legales, desvirtuando el nacimiento de aquellos como forma de autofinanciar viviendas. No es decir no a todo, sino aportar un equilibrio y cubrir todas las necesidades. Vamos mal y tarde. El salario medio de los malagueños es precario, además del sempiterno paro. Así, compran y alquilan extranjeros y una élite de trabajadores, empresarios, funcionarios y políticos con nuestro mismo DNI. Para paliarlo harán el favor de edificar ‘coliving y cohousing’, anglicismos que maquillan los antiguos conceptos de comunas soviéticas y nuestros corralones, una miseria ‘cool’ compartida es menos miseria.Si pequeños propietarios voluntariamente, y los grandes, ‘invitados’ en cierto porcentaje, pudieran alquilar sus viviendas a precios regulados con garantía de cobrar rentas por impagos, desahucios exprés, exenciones y rebajas fiscales… quizá afloraría muchísimo alquiler que paliaría la falta de vivienda pública, como poder pagar por ellas. Pero no soy experta…¡a callar!

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