Opinión | El Jugador Número 13

¡Una menos!

Imagen del Unicaja - Baxi Manresa

Imagen del Unicaja - Baxi Manresa / EFE

Dentro de las costumbres ya desterradas en nuestra sociedad, como pueden ser llamar desde una cabina telefónica o aparcar el coche sin pagar, algunos cumplimos en su día con una obligación llamada servicio militar. Seguro que de vez en cuando, al reunirse algunos que superan las cuatro décadas, salen historias del sargento tal o del teniente cual, se recuerda el frío que se pasaba en las guardias, el castigo bíblico que suponía la comida del ejército y habitualmente se coincide en que, llegado cierto tiempo de servicio, se contaba cuántos días quedaban para volver a la vida real, o sea, a casa.

Nuestro Unicaja está provocando -al menos a mí- que haya recordado algún día que otro en un cuartel de Alcalá de Henares, porque al ver los encuentros del equipo, no sólo cuento los que quedan para acabar otra temporada cuajada de fracasos y decepciones, sino que llevo tiempo pensando que, ya que el play off está casi tan al alcance como el ascenso para el Málaga CF, puede que el próximo 15 de mayo sea festivo en Madrid por ser San Isidro, pero aquí va a ser una fecha de alivio, al menos momentáneo, para los cajistas, porque significará el final del curso 2021/2022.

¿Llegará el alivio al acabar la temporada? Lo dudo, como mucho puede llegar el hastío otra vez, al igual que nuevamente el equipo se queda por debajo de la mitad de victorias en los partidos disputados. Este año, el factor de la competición europea ha conllevado menos desgaste, ha tenido rivales menos exigentes que en años anteriores y, como consecuencia de todo, no ha producido bienestar alguno (era complicado, visto el nivel de los rivales) y sí otro cúmulo de decepciones mayores en su evolución.

Como lamentablemente viene siendo habitual, se acabará el año antes de lo que hubiera sido lógico según el presupuesto, las expectativas que había y el presunto valor que tienen los jugadores que aún visten la camiseta de este gran club (al menos antiguamente). Sobre qué va a pasar, lo mejor podría ser que desde el día después del último partido se trabaje de forma consciente y firme para dar de una definitiva vez el paso que hace falta y evitar seguir en esta senda de descenso a los infiernos.

Tras un partido el pasado sábado ante Joventut que fue más de lo mismo en lo que ofrece actualmente el equipo, hay que recibir en Málaga a Bitci Baskonia y BAXI Manresa y viajar a Burgos y Lugo. La imagen que se transmite es una que ha anidado en el subconsciente cajista, de equipo frágil, que se borra con facilidad y que como mejor oferta sólo reacciona cuándo está en la práctica fuera del partido. ¿Qué mejora se puede esperar de este equipo camino del final de curso? Honestamente, casi ninguna, aunque el club se juegue mucho. Sobre todo, porque si un servidor tiene claro que la limpieza que hay que hacer en el vestuario local del Martín Carpena es de las históricas, los que a día de hoy tienen que defender el escudo cajista no parecen los mejores avalistas para seguir y protagonizar un cambio de rumbo.

El principal error que veo sería que, como esperamos que llegue el final de este año, mientras descontamos los partidos que faltan, vendrá un alivio generalizado y el 16 de mayo todos diremos «menos mal». No, sería un gravísimo error, ese día ha de ser el principio de la temporada 2022/2023 para el Unicaja. Y si se quiere hacer realmente bien, tiene que ser el primer escalón que pisar para hacer de este club algo que se parezca a lo que fue en su momento.

Suscríbete para seguir leyendo