Opinión | Málaga solidaria

Trabajar en las trincheras

Siempre digo que soy una privilegiada porque tengo la suerte de trabajar en la trinchera, a pie de calle de esta Málaga que no se ve pero que lucha, el centro de las personas que no son turistas, de la gente que no vive sino que sobrevive.

Desde allí puedo ver la realidad no de una minoría sino de todas las mujeres, hombres, niñas, niños y jóvenes, el presente y muchas veces el futuro y ojo, que no tengo nada que ver con ciencias ocultas. Convives cada día con esas personas y compartes sus miedos, frustraciones y esperanzas y te cuentan quién hace qué o cómo late la vida dentro de los edificios y en las calles. Escuchas y propones, te escuchan y te impulsan para mejorar tus recursos, tus capacidades, tu experiencia.

Me dedico a la innovación y a educar en competencias digitales, lo cual puede plantear si habiendo otras necesidades en los barrios, es una prioridad. Este tiempo de pandemia ha precipitado la necesidad de convivir con los avances y las tecnologías de la relación, la información y la comunicación, algo para lo que muchas personas no estaban ni remotamente preparadas. ¿Podemos imaginar a cualquiera de nuestros mayores teniendo que mandar solas una fe de vida por correo electrónico a la administración pública? Preguntemos a la ciudadanía qué es un certificado digital, ¿cuántos/as podrían contestar a esto? Y eso que sus ayudas sociales y muchos de los recursos básicos a los que tienen que acceder dependen de él. Quienes estamos en las trincheras sabíamos que estas cosas iban a pasar, al igual que estamos seguros/as de que la brecha educativa y digital seguirá incrementándose mientras no se tenga en cuenta que esto es un derecho y no un privilegio y la labor de las administraciones es garantizarlo. Las entidades sociales estamos también ahí, apoyando, siendo corresponsables en la preparación de la ciudadanía e impulsando la transformación social pero no olviden que se trata de avanzar junta toda la sociedad, por eso tenemos que replantearnos si lo estamos haciendo fácil.

A quién corresponda: pasen por los barrios y vean.

Suscríbete para seguir leyendo