Opinión | SOL Y SOMBRA

Igual para todos

Para muchos, los fiscales han hecho la vista gorda con el monarca y, en pleno fervor republicano, hay quienes claman por que la justicia debe ser igual para todos

El monarca se fotografía a bordo del 'Bribón'.

El monarca se fotografía a bordo del 'Bribón'. / FDV

La España que Berlanga retrató en el cine no desfallece en la vida real. El viejo Rey, que decidió cargarse la hoja de servicios al país con su carrera de comisionista, ha reaparecido entre vítores en Sanxenxo y una jornada en alta mar. Para muchos, los fiscales han hecho la vista gorda con el monarca y, en pleno fervor republicano, hay quienes claman por que la justicia debe ser igual para todos. En efecto, así tendría que ser. Pero me gustaría que se sirvieran de la misma reflexión respecto a Jordi Pujol o los indultados del procés, por poner dos ejemplos.

Hay muchos más modelos en los que la justicia no parece comportarse igual con todos, en cambio el único caso que parece indignar es el del Rey bribón debido al sueño republicano de gran parte de la izquierda. Estoy de acuerdo con ella cuando argumenta que la monarquía es un sistema de privilegios y un hecho anacrónico, aunque en España esto debería someterse a un veredicto algo más indulgente que en cualquier otro lugar del mundo por la corta y desafortunada experiencia republicana en dos brevísimos períodos de la historia que solo condujeron a grandes desastres. De la monarquía, que parece ocupar sin embargo la totalidad, tenemos mucho de que quejarnos y también que agradecer el tiempo de convivencia más largo y próspero de nuestras atribuladas etapas democráticas, desde la muerte de Franco. Muchos se preguntarán qué tiene que ver eso con preferir el republicanismo de las urnas al sistema de privilegios que consagra una monarquía basada en los derechos dinásticos. Aunque estos no parezcan en la práctica tantos ni tan costosos para el país que los sufraga, cuando se conoce que a Francia la República le supone un gasto de 113 millones de euros mientras que la Monarquía española sale, al parecer, por 8. La del Reino Unido, que es la más cara de todas, le cuesta 40 millones a los británicos. El debate no se justifica demasiado bien.

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