Opinión

¿Explicaciones de qué?

Y si estoy allí, en las arenas del desierto, es porque quiero, y por hacerle un favor a mi hijo, desde luego

El Rey Juan Carlos I.

El Rey Juan Carlos I. / Europa Pres

Es lo que yo me digo, cuando cogen un mantra no lo sueltan hasta que lo estrujan tanto que ya queda inservible, y entonces van a por otro. ¿En qué fábrica de desinformación, porque hay varias, han inventado eso de que tengo que dar explicaciones? Cualquier persona da explicaciones si quiere. Ya han abierto un nuevo frente. Pero eso no es lo triste, sino que los otros se callan, parece como si hubieran tomado cualquier hipnótico. Explicaciones son las que tendría que dar el cabecilla y su corte. Podrían empezar con el fallido homenaje a los policías y guardias civiles que acabaron con ETA y al que el otro se ha opuesto, o explicar que el acercamiento de los asesinos de la banda a las cárceles del País Vasco y Navarra, de uno en uno o a puñados, es tanto el cumplimiento del acuerdo con las hienas como el pago por sus apoyos parlamentarios, y después el tipo le echa en cara al gallego que si pacta o no pacta con…, qué jeta. Pero, en fin, a estas alturas de mi vida, ya pocas cosas me sorprenden. Pero, vamos, que decir que he perdido una oportunidad…, ellos son los que han perdido la oportunidad de callarse y de no hacer el ridículo, yo he saludado con la manita desde el coche, esa es toda mi culpa. Y después llega ese y dice que soy un acreditado delincuente, él, que pertenece a un partido totalitario y que no condena la invasión de los vladimiros. ¡Vaya tuercebotas que están hechos! Y si estoy allí, en las arenas del desierto, es porque quiero, y por hacerle un favor a mi hijo, desde luego, no porque esté desterrado. Esta izquierda que no ha pisado una fábrica se pone a dar lecciones de moral, si el viejo profesor levantase la cabeza se sonrojaría. Somos capaces de disculpar la corrupción de los nuestros, pero nunca la de los otros, empujándonos con los cuernos como ciervos para defender el territorio. Yo veo ya las cosas desde la otra orilla, ¿entiendes?, son muchos años. Kant dijo que, a veces, nos relacionamos con algunas cosas de forma desinteresada, no porque nos sirvan para algo en concreto, y que cuando eso sucede pues… sentimos felicidad. Pero, joder, es que la diestra tampoco apunta, mira que decir el tres que España es un Estado plurinacional y que… pero ¿por qué no te callas? Pues esto es lo que hay. Y que si estuve once horas en… ¿es que vamos a contar las horas que un padre pasa con su hijo?, ¿pues no han indultado a una secuestradora?… Tenemos todavía mucho vuelo por delante, pero no puedo dormir, por eso me desahogo contigo, yo sé que tú me entiendes, siempre has estado a mi lado, y no sabes lo que te lo agradezco, no te lo podré pagar nunca, estoy tan solo, yo… que no tenía un minuto libre con tantos compromisos que durante tantos años llenaron mi agenda… pues ahora tengo todo el tiempo del mundo, soy riquísimo en tiempo, sí señor. Mira, estamos cruzando el Mediterráneo, por allí debe quedar Palma, tantos recuerdos… Y absolución tras absolución me condenan, no tienes defensa posible, estás condenado de antemano, no se sabe por qué, y ya está. Solo les falta sacar la guillotina a la plaza pública, no te creas, si pudieran la engrasaban. Después hablan del Estado de Derecho… Yo te podría contar tantas cosas, son infinidad de confidencias, secretos que morirán conmigo…, si tengo donde elegir, no ves que ya desde antes de mil novecientos setenta y cinco me susurraban al oído, ¿y me has escuchado alguna vez que yo haya utilizado una sola palabra para hacerle daño a alguien? Es verdad que no he sido todo lo discreto que reclama mi condición, pero no soy perfecto, el que esté libre de culpa que tire la primera piedra, bueno, pues seguro que verías una nube de piedras en mi dirección. Es la condición humana. Tú sí que eres prudente y reservada. Todavía te recuerdo de pequeña, con tu hermana…

Papá, tú eres un gran regatista…, pues tómate las cosas con deportividad, no te cabrees contigo mismo, no conduce a nada, te envenena, te desgasta, y mucho humor, papá.

Francisco de Quevedo escribió:

Si quien ha de pintaros ha de veros,

y no es posible sin cegar miraros,

¿quién será poderoso a retrataros,

sin ofender su vista y ofenderos?

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