Opinión | TRIBUNA

El ‘Juanma lo haría’ se queda en nada

Juanma Moreno, durante la visita a su antiguo colegio, el Giner de los Ríos de Málaga.

Juanma Moreno, durante la visita a su antiguo colegio, el Giner de los Ríos de Málaga. / Álex Zea

El tiempo pasa inexorable para todo y, además, se convierte en un medidor de la correcta o incorrecta gestión política. Pues bien, no es del tiempo de lo que quiero escribir, pero sí del medidor que es y de cómo está actuando claramente en contra de las políticas educativas del Gobierno de Moreno Bonilla. Cuanto más tiempo pasa, más infraestructuras educativas son necesarias. Cuanto más tiempo pasa, más observamos cómo el Gobierno andaluz no atiende a las reivindicaciones justas y legítimas de los alcaldes y alcaldesas, alcaldes y alcaldesas que son perfectos conocedores de las necesidades que en materia educativa tienen sus municipios. Cuanto más tiempo pasa, más vemos cómo la única política en materia educativa de este gobierno ha sido la privatización masiva de nuestra formación profesional y el cierre indiscriminado de aulas.

La educación es el mejor camino, yo me atrevería a decir, que el único camino que nos permite trabajar por una sociedad más justa, igualitaria y formada. Esa premisa que tan básica parece y a la que nadie parece prestar atención en el gobierno de Bonilla, se hace imposible como meta si no se acompaña de un plan adecuado de infraestructuras educativas públicas; y si incido en lo de públicas es simplemente porque la deriva privatizadora de nuestros actuales dirigentes es más que evidente.

No pueden haber pasado más tres años y medio sin que en nuestra provincia hayamos visto erigirse ningún centro educativo nuevo, y me refiero por nuevo a ningún centro que no estuviese ya proyectado o comenzado por el anterior gobierno de la Junta de Andalucía, ese gobierno socialista del que tanto se han servido para insultar y denostar. Porque esa es la realidad de nuestra política educativa en Andalucía y, de forma particular, en nuestra provincia. Durante este tiempo hemos asistido a un cúmulo infinito de anuncios que tan sólo reiteraban con demasiada tardanza la reanudación de obras previstas o anunciaban la puesta en marcha de alguna licitación que ellos mismos habían parado.

En general, el pasado no puede ser excusa para no hacer, no debe servir de excusa para no avanzar, a menos claro está que tan sólo sea eso, una excusa y además buscada de manera premeditada con el único fin de no continuar con una hoja de ruta predefinida y estudiada por los magníficos profesionales que siempre han tenido las delegaciones territoriales. No continuar con una planificación estudiada y consensuada con anterioridad sólo puede deberse a dos cosas: o bien incapacidad y temor para tomar decisiones o, lo que es aún peor, conciencia de no tomarlas porque van contra la política definida del gobierno de tratar de empequeñecer cada vez más a nuestro sistema educativo público. Ninguna de las dos habla demasiado bien de este gobierno, un gobierno que lleva demasiados meses viviendo de los anuncios vacuos y de las rentas que exprime de las transferencias estatales, pero que a la hora de la verdad demuestra que su apuesta, su apuesta de verdad, está en cualquier sitio excepto en la educación pública y de calidad.

Ahora en campaña se acuerdan de la educación, de la pública, para volver a prometer centros y mejoras de estos, y lo cierto es que han tenido tres años y medio para demostrar que estaba entre su prioridad, pero no lo han hecho. El ‘Juanma lo haría’ ha quedado en eso, en lo haría.

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