Opinión | El Jugador Número 13

Lorenzo nuestro

Como tenemos el verano por aquí, aunque el play off aún no haya terminado, el modo postemporada se impone con los puntos habituales: fichajes, selección, etc.

En el próximo septiembre, España disputará el Eurobásket, y como todos saben, la situación en la que accede el equipo nacional no es la mejor de su historia.

Que España será competitiva para mí es una certeza, que hay un cambio generacional con mucho vértigo en el proceso, también, y que la realidad a la que hay que acostumbrarse tras unos años cegadores por el fulgor de sus resultados, va a ser dura, no tiene discusión.

Reconozco que, no contar con la selección española entre los favoritos es difícil, por lo mal que nos han acostumbrado en todos estos años, y porque tener en el banquillo a Sergio Scariolo es una garantía de buen hacer, pero la realidad se antoja complicada.

Los motivos son reconocibles, suplir a los que ya no están sería complicado para cualquier grupo, pero además hay que añadir, que la presunción de fragilidad centrada en el puesto de base genera dudas e incertidumbre.

Por raro que parezca, la fiabilidad de los bases españoles está en tela de juicio, con Ricky Rubio fuera por una lesión de larga duración y Sergio Rodríguez retirado de manera voluntaria, mirar a la liga ACB es poco tranquilizador.

De los jugadores seleccionables, al bisoño Carlos Alocén se le incluye, entre otras cosas porque el chico tiene mucha calidad y, sobre todo, porque juega en el Real Madrid, pero está en un caso casi peor que Rubio, ya que la lesión es más reciente, así que queda Sergio Llull y tener que mirar hacia lo poco dónde elegir: Alberto Abalde, Guillem Vives, Ferrán Bassas, Dani Pérez, Alberto Díaz, Jaime Fernández… Ni están todos incluidos ni están colocados por su rendimiento, simplemente, es un repaso dónde elegir, porque que desde la FEB se está trabajando en el problema, así que, tranquilidad.

Según la información que publicó As hace unas fechas, el estamento dirigido por Jorge Garbajosa, en aras de mejorar y producir más jugadores seleccionables trabaja para nacionalizar a velocidad de la luz a Lorenzo Dontez Brown, base en los últimos tiempos de Estrella Roja, Fenerbahce y Unics Kazan, nacido en la castiza ciudad de Roswell, del cañí estado de Georgia y que, como toda relación con nuestro país, tiene haber coincidido con Scariolo dos temporadas en Toronto Raptors.

Aquí nos hemos puesto muy dignos de manera habitual, con el pasaporte ruso de John Robert Holden, el turco de Shane Larkin o los eslovenos de Anthony Randolph o Mike Tobey, con una dosis de hipocresía «asumible» ante nacionalizaciones útiles en principio para categorías inferiores, como pudo ser la de Nikola Mirotic. Ciertamente, lo vivido en épocas anteriores tenía la coartada de estar relacionados con España, como ocurrió con el montenegrino, o Serge Ibaka, Chuck Kornegay, Johnny Rogers, Mike Smith, Wayne Brabender o Clifford Luyk, lo de ahora es literalmente un Shammond Williams en toda regla.

El caso del ex base del Unicaja es demostrativo de la estructura del baloncesto europeo y la dependencia de según que estamentos. El jugador del Bronx contaba como primordial para formar parte de la selección de Georgia (el país, no el estado de Brown), su relación con Zaza Pachulia, compañero suyo en Orlando Magic el curso 2003/2004, que le dijo que estaban buscando un base para su selección, y de golpe, pasó a ser compatriota de gente como Stalin o Shermadini.

No digo yo que no sea lícito intentar la mejora en los aspectos que se pueda, pero lo veo poco justificable éticamente hablando, y aquí entran en juego los agentes, un factor que, unido a las reglamentaciones, no se puede pasar por alto.

Lejos ya eso de ver qué pareja de extranjeros tenían los equipos, la compra -sí, compra- de pasaportes europeos o cotonús lo hemos normalizado tanto como la corrupción política. Y lo peor, es que aquí no puede nadie sacar pecho, en la temporada 2007/2008, ante la visita del Efes turco en la Euroliga, en Málaga, parte de la prensa se «escandalizaba» porque el equipo entonces de David Blatt presentaba seis americanos (Nicholas, Penn, Woods, Gregory, Wright y Hutson). El digno Unicaja sólo presentó tres españoles: Cabezas, Gabriel y Jiménez, vale, sumemos también a Prestes y Chylinski que estaban en el filial, pero seguirían siendo 7 extranjeros. Aunque es normal decir que la normativa permite tal o cual argucia, si se resumiera la confección de plantillas en tantos seleccionables, o cupos y el resto de cualquier parte de la Vía Láctea, se ahorraban bochornos habituales como matrimonios de conveniencia, nacionalizaciones para un torneo o impulsadas por un club o un agente para «mejorar su producto».

En el caso de Brown, se dice que detrás de todo está el interés también del Real Madrid en el jugador, aunque no hay que olvidar que Serge Ibaka, tras varios años fuera de la selección, según lo que informa El Mundo Deportivo, está interesado en volver, lo que dejaría fuera a ese futurible españolito que podría llamarse «Lorenzo Moreno» para hacerlo más colega nuestro.

Sobre si nacionalizarlo o no, cada uno tendrá su opinión. La mía es que prefiero honra sin barcos, al menos de momento, ni el prestigio de España en baloncesto en general, ni de Sergio Scariolo en particular creo que esté en peligro si por una vez no se asombra al mundo en una competición, pero claro, es sólo mi opinión, ¿qué opinan ustedes?

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