Opinión | Crítica musical

Solaun y Kotova, dos genios encontrados

En el escenario de la María Cristina presidido por el imponente piano de concierto de la Sociedad Filarmónica, dos importantes músicos de talla internacional se daban cita tras a penas realizar un primer trabajo conjunto en el estudio de grabación

Málaga, 27-06-2022

Sala de Conciertos María Cristina

Recital: Josu de Solaun, piano y Nina Kotova, cello.

Programa:Toccata, de G. Frescobaldi en arreglo de G. Cassadó; Sonata nº 4 en do Mayor, de L.v. Beethoven; Vocalise, de S. Rachmaninov; y Sonata, de C. Franck.

La Sociedad Filarmónica de Málaga culminaba este pasado lunes su más que brillante temporada de conciertos y lo hacía con un programa centrado en el repertorio para cello y piano. El numeroso auditorio que llenaba la Sala María Cristina pudo disfrutar de una selección de obras que partían del primer barroco italiano de G. Frescobaldi para saltar al universo beethoveniano hasta arribar al inconfundible Vocalise de S. Rachmaninov para concluir en la escuela de cámara francesa del siglo diecinueve de la mano de C. Franck.

En el escenario de la María Cristina presidido por el imponente piano de concierto de la Sociedad Filarmónica, dos importantes músicos de talla internacional se daban cita tras a penas realizar un primer trabajo conjunto en el estudio de grabación centrado en el repertorio para cello y piano, el gran pianista español Josu de Solaun y la violonchelista estadounidense Nina Kotova.

Este íntimo y comprometido concierto se abría con una página de G. Frescobaldi en arreglo para cello y piano de G. Cassadó. Página que en manos de ambos intérpretes apetecía el pórtico de entrada más que a una mera sucesión de páginas del repertorio, la declaración de intenciones de ambos intérpretes capaces de transmutar de escuela y período en lo que fue un hilo musical en continuo diálogo.

Y tras la breve página de G. Frescobaldi llegaba el turno al primero de los platos fuertes del recital la Sonata nº 4 en do Mayor de Beethoven. Partitura al límite entre el clasicismo y los primeros destellos del romanticismo algo que ya se intuye en la escritura más libre con la que el genio de Bonn empieza a resquebrajar los límites formales del clasicismo. Organizada en cuatro movimientos Solaun y Kotova atacaban el andante de apertura con el suave rumor del cello en un diálogo contínuo entre ambos solistas en contraste al allegro que lo sucede para continuar con el adagio donde el piano de Solaun y el cello de Kotova evocaban al andante de apertura antes de atacar al vivace de cierre de vocación “sinfónica”.

Cerraba la primera parte el arreglo para cello y piano del irresistible Vocalise de S. Rachmaninov momento para el canto más lírico del Francesco Ruggieri que defiende con una técnica arrolladora Nina Kotova. Este Ruggieri en el arco de Kotova responde con una emisión llena de tornasolados y matices con el simple apoyo del arco.

El programa defendido por Kotova y Solaun reservaba para la segunda parte del concierto otra de las grandes páginas del repertorio de la mano de César Franck y su Sonata para violín y piano en versión para cello y piano. Se trata de una página trascendental dentro de la literatura camerística francesa. Estructurada en cuatro movimientos sobre la idea de ciclo sin que el tema o motivo principal oculte el resto de ideas musicales que representa la partitura algo que ni Solaun ni Kotova desaprovecharon para desde estos márgenes ofrecer una lectura sólida y musicalmente incontestable. Movimientos contrastantes con la respuesta siempre presta de Solaun en el teclado para conformar una versión que valía por sí sola todo el recital. Destacar la forma lied del allegro o el brillante allegro de cierre toda una lección de música con la que Solaun y Kotova pusieron en música el punto y final al concierto y a la temporada no sin antes y con el auditorio con pocas ganas de abandonar la sala agradecer los aplausos con dos propinas fuera de programa.

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