Opinión | Crítica musical

A solas con el piano de Alexandra Dovgan

La tarde del domingo reservaba el debut en Málaga, en el Auditorio del Palacio de Ferias y Congresos, de la pianista Alexandra Dovgan. Intérprete de la que pronto se hizo eco el gran pianista G. Sokolov. Su temprana madurez, apenas catorce años, la convierte en un fenómeno como lo fue en su momento E. Kissin. Sokolov ha dicho que, “no es una niña prodigio. Es un prodigio, pero no toca como una niña” y no anda falto de razón el gran maestro, en programa A. Dovgan debutaba en Málaga con páginas de Beethoven, Schumann y concluía con una segunda parte dedicada por entero al piano de F. Chopin.

Durante todo el recital, que se extendió por algo más de dos horas con dos propinas fuera de programa, Dovgan mostró las tres facetas del talento: inteligencia, aptitud y determinación a lo que se podría añadir la capacidad de concentración o abstracción que la pianista demostró durante todo el concierto que además contaba con el añadido del registro fonográfico que se efectuó de este recital para un próximo lanzamiento discográfico.

Del piano de A. Dovgan sorprende la madurez de su digitalización y la concentración que destila en la lectura de las obras que como intérprete es fundamental a la hora de asentar un lenguaje propio, un carácter personal que distingue una versión de otra, un intérprete de otro. Es cierto que aún le resta camino hasta encontrar su centro, pero tras el recital en Málaga se aprecia que es más una cuestión que llegará en el trabajo constante frente al teclado.

La pianista rusa abría el recital con la Sonata nº 17 “La tempestad” de Beethoven, una página crucial en la vida del genio de Bonn tanto en lo vital, el maestro debe aceptar convivir con la sordera, pero también estética ya que deja entrever el horizonte que se vislumbra tras el clasicismo. Articulada en tres secciones destacar el paso del largo inicial al allegro del primer tiempo muy contrastado y la delicadeza del tempo central antes de atacar el capítulo de cierre cuya sección final es muy exigente técnicamente con el intérprete y que Dovgan resolvería sin dificultad.

En contraste y ya dentro del repertorio romántico, Faschingsschwank aus Wien de R. Schumann se caracterizaría por los acentos e inflexiones del piano de Dovgan que de alguna forma retratan la personalidad de Schumann. De nuevo, A. Dovgan se enfrentaba a una página de alto valor técnico por su intenso carácter contrastante pero también virtuosístico ya que el finale es todo un reto para cualquier intérprete, que en manos de A. Dovgan resultó una suerte entre entusiasmo y energía.

La segunda parte, de este inolvidable recital, se centró en el repertorio de F. Chopin con tres obras de absoluta referencia comenzando con la Fantasía para piano, op. 49 en su versión para piano solo. Página que deambula por constantes cambios de ritmo, ánimo e incluso alberga la sensación que Chopin diera cabida a la improvisación por tanto, se trata de una página de alta exigencia técnica pero también expresiva donde A. Dovgan despliega una sensibilidad de extrema madurez formal.

La Balada nº 4 en fa menor y el Andante spianato y gran polonesa cerraban con ambición el recital de A. Dovgan. Nuevamente dos partituras de altura en lo virtuosístico pero con orillas proclives a la expresión y al fraseo del piano de la pianista rusa con la que se concluía este programa debut.

Málaga. 03-07-2022. Auditorio Palacio de Ferias y Congresos. Recital: Alexandra Dovgan. Programa: Sonata nº 17 “La tempestad” op.31, de L. v. Beethoven; Faschingsschwank aus Wien, op. 26, de R. Schumann; Fantasía para piano, op. 49; Balada nº 4 en fa menor; y Andante spianato y gran polonesa, op. 22, de F. Chopin .

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