Opinión | AL AZAR

El PSOE cae enfermo

Adriana Lastra, la noche de las elecciones andaluzas del pasado 19 de junio, en la sede del partido en Madrid.

Adriana Lastra, la noche de las elecciones andaluzas del pasado 19 de junio, en la sede del partido en Madrid.

Por si les queda alguna duda a los hombres de demasiada fe, ¿habría seguido Adriana Lastra en el cargo si el PSOE hubiera ganado las elecciones andaluzas? No hay más preguntas, nada cura los achaques como el triunfo. Otra cosa es que se haya responsabilizado a la vicesecretaria caída de carencias ajenas. Por fortuna sabemos que en algún momento aflorarán las grabaciones de la destitución, gracias a ese Villarejo contemporáneo que llaman Pegasus. Y el comisario conduce al derrumbe inevitable de Dolores Delgado, también alegando enfermedad para suavizar los dardos.

El PSOE cae enfermo, a una velocidad de crucero de una baja diaria por enfermedad que seguramente resulta insuficiente, para convencer al menos a Tezanos de que su partido sigue en cabeza de los sondeos electorales. A Sánchez le renuncian casualmente las piezas controvertidas de su engranaje, en otros tiempos igual de cesaristas se hubiera sospechado un envenenamiento masivo. De ahí a transformar la destitución en un mérito añadido media un disparatado abismo que explica la delicada situación del socialismo. Cabe en todo caso desear una pronta recuperación a los destituidos o por destituir, sin omitir la maldad de que les costará más recuperarse de la pérdida del cargo que de las dolencias encadenadas.

La misma España que enderezó la transición con una añorada ley de amnistía, también excluyó el sexo y la salud del conflicto político. No solo es de mal gusto escudarse en las enfermedades, sino que atrae al mal fario. La propia Delgado había admitido en fecha reciente que su traslado a la Fiscalía General desde el Ministerio de Justicia generó controversia. En fin, todos los caídos por la salud amortiguan el impacto con cargos de reserva que plantean el efecto limitado de sus enfermedades. En este Gobierno, solo su presidente ha militado en la cola del paro. Agradezcamos que ningún destituido hasta la fecha haya alegado Covid, otro dato que avala el ejemplar dique levantado por el ejecutivo contra la pandemia.