Opinión | MÁLAGA DE UN VISTAZO

Adiós a este julio pesaroso e ígneo

Un hombre escapa del fuego en uno de los incendios que afecta a Zamora.

Un hombre escapa del fuego en uno de los incendios que afecta a Zamora.

Veo romper olas en cuadros enmarcados; marinas que me sostienen en el tiempo de un momento en el que pensaba que la mar estaba aún más cerca. Julio, este año injusto y victorioso con su fuego, se nos marcha con una vehemencia infinita en la que todos acertamos a sentirnos sinceros. El calor lo inunda todo sobre el frío del futuro incierto de un otoño que deparará el deshojar de ciertas hojas, ya muy caducadas, de una vida sin menos sol existencial. Las ausencias hacen evocar los meses julianos en aquellas épocas que las templadas noches nos invitaban al trasteo de nuestras sonrisas- ¿te acuerdas José García Pérez?, poeta-. Esa luz -la de la risa- que contagia en Málaga todo aliento frente al crepitar del fuego del fracaso. Esta ciudad oscurecida de sombras que caminan tras su devenir hacia un destino atemporal del cual muchos se sorprenden de tu inmensa luminosidad en estos lapsos de claroscuro. Esta urbe iluminada se despierta para contemplar la luz del taró que la nubla y acompaña en estos días de estío con terral en una época donde la canícula se configura en una esencia dotada para devolver el recuerdo.

Las despedidas siempre me gustaron puesto que suponen una causa de reencuentro, a pesar del distanciamiento, de lo que siempre está en tu memoria. Julio, en sus días finales, me contesta con la luz temprana de la bruma. Me increpa con llamas demasiado injustas para todo un país asolado por un averno doliente. Julio se derrama en la mirada como una lágrima ardiente que discurre sobre una mejilla desolada de tanta incertidumbre. Julio ¿te acuerdas? cuando éramos jóvenes y felices por ti: mes de placidez.

Hoy, Julio me despido con amargo sabor a un humo que deja ver la condición humana, esa que aún sorprende y no nos deja compartir ni comprender tanta llamarada inconcebible. Adiós a este julio pesaroso e ígneo.

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