Opinión | En corto

La incultura del abandono

En España el mantenimiento de infraestructuras y equipamientos públicos es asignatura pendiente. Hijos de la cultura del desarrollismo, solo identificamos progreso con una obra nueva, aunque sea a costa de dejar en el abandono lo que ya hay. Cuidar las cosas, reponerlas, mejorarlas, optimizar servicios públicos de cualquier clase, devenga renta política inferior al corte de la cinta en una inauguración, y esto acaba siendo decisivo en un contexto de recursos escasos. En el debate de los presupuestos generales de una administración el examen de los de cualquier departamento debería empezar por las concretas partidas asignadas al mantenimiento de bienes a su cargo. Por jugar demasiado al futuro vamos dejando un pasado ruinoso que nos pisa los talones. Un inventario general de bienes públicos en estado de deterioro o abandono es tan necesario como quimérico: a nadie le interesa hacerlo.

Suscríbete para seguir leyendo