Opinión | En corto

Sumision química: unos pobres mierdas

Los pinchazos: ¿sumisión química, diversión, engaño, moda...?

Los pinchazos: ¿sumisión química, diversión, engaño, moda...?

Algunas ciencias sobre el comportamiento humano tienden a marginar su parte «animal», como si perteneciera a un estadio de la evolución ya superado gracias a la razón, la educación, la religión, etcétera. Únicamente la etología abarca el estudio del comportamiento en cuanto tales de TODOS los animales, incluido por tanto el hombre. Lo que vemos cada día nos recuerda que, pese a tantos esfuerzos de la sociedad por domeñar nuestra parte animal su presencia es muy activa. Un caso sería el de la «sumisión química», práctica que respondería, mutatis mutandis, al sometimiento de la hembra por el macho en la mayoría de las especies. Sin embargo no basta con dejar constancia de la animalidad de este modo criminal de actuar, pues la completa alevosía que supone –superior incluso a la de la sumisión física- denota la miserable y total cobardía de quienes recurren a ella. O sea: unos mierdas.

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