Opinión | En corto

Irrepetible Carmen

Protomártir del feminismo más crudo, provocador y a la vez bienhumorado, Carmen Gómez Ojea predicó con el ejemplo, demostrando que era posible conciliar una maternidad múltiple (6 hijos) con plena dedicación y su trabajo a tiempo completo –lo parecía por sus frutos- en la buena literatura. Era una época en la que ni el Estado se ocupaba de favorecer estas cosas ni la sociedad de alentarlas, pero ella contó con un colaborador excepcional en su marido, el abogado Andrés de la Fuente, que la apoyó siempre en todo con amor y sin esfuerzo, pues lo hacía desde una fe convencida en la causa que ella encarnaba. Su empanada gallega (la de Carmen) era tan difícilmente superable como su ingenio y dominio del idioma, y algunos elegidos tuvimos el privilegio de degustar ambos frutos de su formidable talento. Sin duda era de ese tipo de escritor@s que no pueden dejar de escribir para sentirse viv@s.

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