Opinión | MÁLAGA DE UN VISTAZO

En un lugar de Málaga, en Feria

En un lugar de Málaga:-No me mires así, no insistas que no sacarás nada de mí.

+Ya lo sé, donde no hay nada, nada se obtiene.

-¡Cállate, no te soporto!

+Aún te quiero, hemos vivido muchos momentos.

-No cuentan, no recuerdas que no eran tan especiales.

+Si rememoraras lo que ya has pasado y la fuerza que tenías…, pero la nada que atesoras te consume, merma tu esperanza y aniquila cualquier reacción.

-He dicho que no te quiero mirar, pero ahí sigues, intentando convencerme de no sé qué.

+Quiero que valores si me comporto mal, si mis redes sociales te maltratan, si mi personalidad es débil y sucumbo al primer tropezón, si merezco otra oportunidad.

-No quiero, me molestas.

+Hazlo por mí, sostén mi mirada y respóndeme.

-Eso suena un tanto egoísta, ¿no te parece?

+¿Es más egoísta hacer algo por ti o hacer nada por ti? Te dejo si dices algo.

-Pues lo diré, no lo sé. Antes pasaron cosas que me entristecían y dolía, pero ya no parece tener origen ni fin.

+Ya sé lo que pasa, es esa nada, no haces nada para combatir los desencuentros, tus problemas, ni ordenar los sentimientos. La nada ha marcado un camino recto donde no ves el fin, jalonado por hastío y angustia.

-¿A dónde quieres llegar?

+A que hagas algo, sin miedo, sin camino recto.

Pom, pom. Golpean la puerta. ¡Que nos espera la Feria y llevas un ratazo en el baño! ¡Deja de mirarte al espejo presumida!

¡Ya voy! Busca las flores del pelo, aquí no están.

Vale, si vas a venir ¡Muévete y sal ya!

Y el espejo dijo: Ahí lo tienes, muévete, haz algo. Ella se movió, guardó las pastillas en el cajón y pensó: Empezaré por abrir la puerta, ir a la Feria.

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