Opinión | Málaga de un vistazo

El horizonte somos nosotros

Una de las infografías promocionales del hotel rascacielos.

Una de las infografías promocionales del hotel rascacielos. / A.V.

En los últimos suspiros de un verano tórrido, a colación de las últimas declaraciones del dirigente de Puertos del Estado con respecto al rascacielos del puerto, se reincide en la controversia de la perspectiva y del paisaje. En esta pugna entre la defensa de nuestro horizonte frente al rascacielos inadmisible, es necesario, de nuevo, la comprensión del paisaje, el cual viene definido no tan solo por las trazas físicas del territorio, también por una miscelánea de principios culturales donde la subjetividad es un componente que profesa un influjo concluyente para el entendimiento global del mismo. El paisaje es un resultado social, es más, se configura como una trascendencia cultural de una sociedad –la malagueña- en un lugar establecido desde una dimensión tanto tangible, emocional, filosófica y alegórica, en la cual las personas creen, perciben y personifican su entorno, facultándoles evidenciar sus vínculos y encrucijadas. Hablar de paisaje es hablar del nexo existente entre individuos y su contexto a través de una mirada entreverada, un cosmos de elementos que hacen del horizonte algo más que un cuerpo físico de la demarcación.

Tras las revelaciones del presidente de Puertos del Estado, Álvaro Rodríguez Dapena, en las que afirma que si el rascacielos en otro momento «era necesario para la economía del puerto, ahora, que tiene un buen recorrido económico, no lo es»; este técnico independiente admite la facultad del Consejo de Ministros en la decisión de la ejecución de este proyecto, advirtiendo que aunque sea denegado por el actual Gobierno, deja abierta la continuidad del mismo si una futura administración de distinto ideario quisiera reactivar el pérfido plan, éste sería posible. La cuestión: ¿cuándo concluirá de una vez esta aciaga incertidumbre en la cual se pone en peligro irreversible nuestro paisaje milenario? El horizonte somos nosotros. No permitamos que nos expolien.

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