Opinión | Pasando la cadena

Primer asalto liguero en el Bernabéu

Llegan al primer duelo bastante parejos. Y no solo en puntos, sino, como decíamos, en sensaciones. Con la ventaja madridista de defender el título frente a quienes viven un complejo proceso de renacimiento

Rudiger y Araujo, en la tángana entre el Real Madrid y el Barcelona en el clásico de pretemporada.

Rudiger y Araujo, en la tángana entre el Real Madrid y el Barcelona en el clásico de pretemporada.

El Madrid-Barça próximo será el primero de los tres tiempos en los que se disputará esta liga. La vuelta será el segundo, y el tercero, más largo, la diferencia de los puntos que pierdan en el resto de encuentros uno y otro. Así de ajustada será esta temporada en España.

Salvo sorpresas post-mundialistas, anomalía que a mitad de competición puede ser determinante por su impacto en la salud, el cansancio y la moral de sus internacionales, no se otea nada en el horizonte que pueda variar tal predicción. Pueden apretarles equipos como el Atlético, el Athletic o el Betis, incluso el Villarreal o la Real si cogen una buena racha a rebufo, porque plantilla y equipos tienen para ello, pero solo serían acompañantes de ocasión por la distancia actual de forma y juego con los dos grandes, aparte de los goleadores contrastados que estos tienen, que dan y quitan laureles.

Y otra circunstancia a valorar puede ser la magnitud de los baches que merengues y culés tengan, como siempre sucede en los largos torneos de la regularidad. No obstante, creo que se compensarán porque adolecen del mismo mal: más juego que goles y esporádicas flaquezas atrás; el Madrid en liga, con demasiados goles encajados y, sorprendentemente por su seguridad liguera, el Barça en Champions. Los equipos potentes son el termómetro más fiable para medir a quienes aspiran a todo. Igual que encuentros como el del próximo domingo, y esos detalles de unos y otros sí pueden ser determinantes a un partido.

Llegan al primer duelo bastante parejos. Y no solo en puntos, sino, como decíamos, en sensaciones. Con la ventaja madridista de defender el título frente a quienes viven un complejo proceso de renacimiento. Es decir, solidez contrastada contra proyecto entusiasta. Alta estima ante meritorios. Confianza frente a ilusión. Y eso sí, calidad a espuertas en unos y otros, más el denominador común de solo valerles la victoria.

Sin embargo, hay una realidad importante a la hora de entrever el futuro. Benzema y Lewandowski son, en teoría, la clave de bóveda para sostener los tinglados de Real y Barça. Ellos eran los llamados a hacer bueno el trabajo de sus compañeros. Sin sus goles no hay paraíso para ninguno, pero la realidad es que el polaco lo ha jugado todo y el francés, no. Y aun así, si los blaugranas ganan al Celta, llegarán al domingo empatados a puntos. Y esa realidad también juega a favor de los blancos. Quiere decir que los otros delanteros, y los medios y defensas de Ancelotti, tienen más capacidad de gol que los de Xavi. Tal circunstancia, si bien puede no ser decisiva para este primer asalto, sí que pesará a lo largo de la liga.

Como muestra, en los dos partidos que perdió el Barça en Europa, Lewandowski no marcó, como tampoco en el que empató en casa con el Rayo. Sin embargo, el Madrid, que no conoce la derrota esta temporada, ha ganado la mitad de todos sus partidos sin Benzema.

Y hay más inmateriales en torno a este apasionante duelo. En el ánimo de madridistas y barcelonistas rondarán, por un lado, la goleada contra pronóstico del Barça al Madrid la temporada pasada en el Bernabéu y, por otro, los llamativos trece puntos diferenciales con que los blancos ganaron la Liga a pesar de esa cierta humillación; como también lo fue esa distancia en sentido contrario. Así que debemos añadir al competitivo cóctel que vamos desgranando, ganas culés de repetir y ansias merengues de revancha.

En resumen, el partido tendrá emoción, sin ser determinante; lucirán detalles, que ojalá entusiasmen y no señalen fallos clamorosos; y esperemos que haya buen juego y no polémicas arbitrales, como tantas veces. Continuará siendo el partido de fútbol liguero más visto del mundo, junto con la vuelta, porque la rivalidad doméstica del Real Madrid y Barcelona hace tres cuartos de siglo que acapara la atención mundial. Justo desde los tiempos de Kubala y Di Stéfano, acrecentados por los más recientes de Cristiano y Messi, sin olvidar las épocas de Cruyff, Butragueño, Maradona o Raúl, por citar algunas de las más destacadas. Y ahora le toman el relevo Benzema y Lewandowski. En sus botas puede residir tanto la clave de este primer tiempo liguero, como del segundo y del tercero para decidir la Liga. Aparte, claro está, de los Modric, Pedri, Vinicius, Busquets, Courtois, Ter Stegen y compañía.

Abanicos p’al mareo, amigos, que llega el Clásico.

Suscríbete para seguir leyendo