Opinión | Punto Final

Francisco Ávila

El Barcelona y la condena de Messi

Ronaldinho carga con Messi después de que el argentino marcara su primer gol en la Liga en 2005.

Ronaldinho carga con Messi después de que el argentino marcara su primer gol en la Liga en 2005.

Un año, 7 meses y 18 días. Exactamente 597 días se han cumplido desde que Leo Messi jugó su último partido de Champions con el Barcelona y desde entonces los azulgrana no han sido capaces ni de pasar la fase de grupos de la Liga de Campeones.

Todo el barcelonismo sabía aquel 8 de agosto de 2021, cuando entre lágrimas Messi se despidió como azulgrana, que lo peor estaba por llegar, pero pocos imaginaban en realidad lo que el destino depararía dos años después.

Messi jugó su último partido de Champions con el Barcelona el 10 de marzo de 2021. Fue la vuelta de los octavos de final ante el Paris Saint Germain (1-1), un partido prácticamente intrascendente después del 4-1 de la ida ante aquel equipo liderado por Mbappé y que estaba a años luz de los azulgrana.

Un año, 7 meses y 18 días, exactamente 597 días después, el Barça sin Messi está aún peor. Huérfano del mejor de su historia y con el recelo perpetuo de, como tantas otras veces, el club no ha estado a la altura a la hora de despedir a un mito, en este caso al mito del barcelonismo.

Con Messi, el Barcelona ganó cuatro de las cinco ‘Champions’ que tiene, la última fue en 2015, donde aquella delantera formada por el argentino, Luis Suárez y Neymar Jr, la MSN, dominaba con mano de hierro el fútbol continental.

Después de aquel triplete, y de aquellas elecciones en las que Josep Maria Bartomeu se aupó a la presidencia con el lema: «Triplet, trident», en Europa todo fue de bajada.

En las tres temporadas siguientes (de la 15-16 a la 17-18), el Barcelona alcanzó hasta los cuartos de final. En la primera cayó ante el Atlético de Madrid (2-1 y 2-0), en la siguiente frente al Juventus (3-0 y 0-0) y en la última ante el Roma (4-1 y 3-0), en el primer año de Ernesto Valverde, que sustituyó a Luis Enrique Martínez.

En la 2018-19, el Liverpool remontó en Anfield (4-0), el 3-0 del Camp Nou para impedir el acceso del Barcelona a la final; y en la 2019-20, la debacle en Lisboa y a partido único (cuartos) ante el Bayern de Múnich (8-2) y el adiós de Quique Setién.

«Hoy por hoy no nos da para ganar la Champions», dijo Messi entonces, pero esa máxima sigue vigente hoy en día, porque desde que Messi se fue, el Barcelona no ha pasado ni la fase de grupos.

El año pasado fueron Bayern de Múnich y Benfica los que pasaron; éste el Bayern de Múnich y el Inter de Milán. El año pasado tuvo que jugar la Liga Europa y este, también, la travesía por el desierto se le puede hacer larga al Barcelona.

Y es que con la pandemia se desató la tormenta perfecta para el Barcelona. Dimitió la directiva de Bartomeu, acuciada por el denominado ‘Barçagate’ en octubre de 2020, y poco después se conoció que la gestión económica de aquel equipo directivo puso contra la pared a la entidad azulgrana.

Con la masa salarial más alta del mundo y pagos desorbitados por fichajes, la deuda total se situó en 1.173 millones de euros, 730 millones a corto plazo. El nuevo equipo directivo, presidido por Joan Laporta, capeó el temporal como pudo, pero le fue imposible retener a Messi.

El argentino jugó 149 partidos en la Champions, 12.337 minutos, marcó 120 goles y levantó 4 Copas (2006, 2009, 2011, 2015). Seguramente en sus 17 años como jugador del Barcelona, la entidad culé podría haber conquistado alguna más, ya que dispuso durante tanto tiempo del jugador más dominante del panorama futbolístico de los últimos años, pero...

Con contrato hasta junio del año que viene con el PSG y la cabeza puesta en el Mundial, donde puede encumbrarse de una vez por todas, Leo Messi tendrá que volver a decidir su destino para el próximo curso. ¿París? ¿Miami?

En Barcelona, Joan Laporta quiere sacarse una espina clavada en su corazón ‘blaugrana’. ¿Podrá convencer a Leo para pueda retirarse como azulgrana y cerrar la herida? Íntimamente, el presidente azulgrana asume el reto.

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