En corto

El superior talento de lo sutil

Pedro de Silva

Pedro de Silva

Al mes de su concesión, el Nobel de Literatura deja un suave y bastante habitual rastro de disensos. Que era el año de Salman Rushdie; que Annie Ernaux tampoco es gran cosa; que otra vez cae en el primer mundo; que (forma lamento) han llegado tarde para dárselo a Marías, etcétera. Tormentas en ese vasito de agua de la literatura en que chapotean miles de galeotes merecedores del Nobel. La prueba de la obra menor no suele fallar. Tomemos ‘Mira las luces, amor mío’, de 2014 (Ed. español, Cabaret Voltaire 2021), donde en un centenar de páginas plenas de sutileza Annie refleja un año de visitas a un hiper, la primera tal día como ayer 8-N de hace diez. Tras los largos pasillos centrales, repletos ya de Navidad, y la zona de juguetes, llega a la librería, donde una sola persona, una mujer de edad, intenta encontrar algo de verdadero valor entre las superventas, la autoayuda y los viajes.

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