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EEUU pagó sólo un 19 por ciento de lo comprometido contra el cambio climático

Joaquín Rábago

Joaquín Rábago

Al margen de las buenas palabras que el presidente Joe Biden pueda pronunciar en la conferencia sobre el cambio climático de Sharm-el-Sheij, la realidad es que su país sólo ha desembolsado hasta ahora un 19 por ciento de la cantidad comprometida.

Washington debía haber aportado 40.000 millones del total de 100.000 millones que los países ricos anunciaron que aportarían anualmente para ayudar al mundo en desarrollo a combatir los efectos del calentamiento del planeta.

Las aportaciones de los países ricos se calcularon de forma proporcional a las emisiones de CO2 lanzadas a la atmósfera por cada uno de ellos desde que existen esos récords.

EEUU, por ejemplo, es responsable de aproximadamente un 52 por ciento del total de emisiones de los países ricos.

Sin embargo, en 2020, último año del que hay datos disponibles, la contribución de la superpotencia a esa lucha global fue de sólo 7.600 millones de dólares, lo que representa menos del 20 por ciento del objetivo declarado, según un informe de Carbon Brief.

No es, sin embargo, EEUU el único país rico en incumplir sus compromisos aunque es el que más se ha apartado de lo inicialmente comprometido.

Así, por ejemplo, Canadá sólo aportó el 37 por ciento de lo que le correspondía, Australia, un 38 por ciento mientras que el Reino Unido se comportó mejor, con hasta un 76 por ciento.

Alemania, Francia y Japón sí cumplieron ampliamente, según ese informe, pero lo hicieron con créditos, que los países receptores tendrán que devolver, en lugar de donativos.

El total dedicado en 2020 a la lucha contra el cambio climático fue de 83.000 millones de dólares, de los que 60.000 millones fueron aportaciones de países y el resto, de distintas organizaciones o fuentes privadas.

Los países ricos se comprometieron en 2009 a aportar hasta 100.000 millones de dólares anuales para ayudar a los países pobres a financiar nuevas tecnologías e infraestructuras que los vuelvan menos vulnerables a las consecuencias catastróficas del calentamiento del planeta.

Sin embargo, en 2021, los ricos publicaron una nueva hoja de ruta que aplazaba hasta el año 2023 la consecución del objetivo que se habían fijado inicialmente.

Aunque los países del hoy llamado Sur Global – antes, mundo en desarrollo- son los menos responsables de las emisiones de CO2, son, sin embargo, los más perjudicados por el cambio climático.

El dinero comprometido para esa causa por Estados Unidos es en cualquier caso insignificante si se compara con los cientos de miles de millones dedicados a la industria de la defensa o, como señalan también sus críticos, los billones de dólares que evade al fisco el porcentaje más rico de sus ciudadanos.

La anunciada lucha contra el calentamiento del planeta se ha visto además agravada por la actual guerra de Ucrania, que, entre otras cosas, ha obligado a muchos países a replantearse el abandono de los combustibles fósiles.

Europa trata de construir de forma acelerada nuevas infraestructuras para recibir de ultramar el gas que antes llegaba de Rusia a un coste mucho menor coste y también con menos impacto sobre el clima.

Y muy pocos, por no decir nadie cree ya en que podrá alcanzarse el objetivo internacional de limitar el calentamiento futuro del planeta a 1,5 grados Celsius sobre el nivel de la era preindustrial.

Superar esa cifra provocará eventos climáticos extremos como inundaciones, incendios forestales y huracanes –algo que estamos viendo ya-, además de causar cambios catastróficos en el nivel del mar, lo que dará lugar a la consiguiente pérdida de ecosistemas y a migraciones masivas.

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