HOJA DE CALENDARIO

El error Barrionuevo

Antonio Papell

Antonio Papell

ETA empieza a ser una noción vaga para las generaciones emergentes, pero quienes sufrimos con plena conciencia aquella brutalidad que duró sesenta años –desde 1958 a 2019- y que costó casi un millar de vidas, la mayoría de servidores públicos , y un sobresalto constante que perturbó todo este tiempo la paz y la política españolas, todavía tenemos conciencia de la gravedad de aquella amenaza, que a punto de estuvo de frustrar la transición porque cargó de argumentos a sus enemigos, a la caverna franquista que exigía mano dura a un país que se estaba abriendo precisamente a un régimen de libertades.

En aquella coyuntura de la democracia naciente, era concebible que personas de orden, demócratas intachables, imaginaran una respuesta efectiva mediante la guerra sucia del Estado a la violencia de las hordas etarras. Todos sabíamos sin embargo que el Estado no podía tener aquella debilidad porque la lucha antiterrorista perdería legitimidad: los etarras asesinaban por la espalda; las fuerzas de seguridad del Estado cumplían la ley. Pero hubo ‘guerra sucia’, y está documentada. El entonces ministro Barrionuevo y algún colaborador cercano fueron a prisión por ello. Ya se sabe que el infierno está empedrado de buenas intenciones.

Barrionuevo permaneció poco en prisión, y en el terreno personal y humano merece comprensión y afecto porque intentó servir a la comunidad, aunque lo hiciera de forma errónea. Sin embargo, se ha equivocado al realizar unas declaraciones en las que parece reivindicar aquellos hechos. El GAL fue una monstruosidad, y es intolerable que algún viejo dirigente pretenda ahora negar la evidencia o para de puntillas sobre unos crímenes también atroces.

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