En corto

Gracias, colega

Pedro de Silva

Pedro de Silva

Acogotados por el cambio climático, la guerra que nos lleva y, en la distancia corta, una inflación que nos roba el poder de compra y los ahorros, hace falta disponer de ventanas por las que entre otro aire. Abro una por la mañana, todavía a oscuras, y me llega con nitidez el soberbio canto del petirrojo, que desde julio o agosto se supone vive en soledad, pues hasta que vuelva a crecer la luz estará separado de su pareja, aunque ésta nunca anda lejos. Es la suya una melodía poderosa y, a diferencia del mirlo, nada repetitiva, sin que sea fácil identificar semejanzas entre estrofas. En un intervalo de estas creo oír un canto parecido en la lejanía y en otro intervalo lo confirmo. Imagino una animada charleta con su pareja, antes de emprender uno y otro la caza diurna. La alegre motivación que el pajarito expande por el aire es como su segundo trabajo, éste para nuestro regalo.

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