LA SEÑAL

El tiro por la culata

Vicente Almenara

Vicente Almenara

Cualquiera tiene la culpa, menos ella, claro, y es que su ley del solo sí es sí -en vigor desde el pasado 7 de octubre y que la ha sacado con el necesario concurso de la p, la ese, la o y la e- está rebajando las penas a los violadores y otros bandidos, que le dan las gracias por sus desvelos y se unen a otros malvados en las rogativas por su suerte, bueno, la de ella y la de Marlasca, que ha hecho, y hace, mucho por los que les quitaron la vida - José Antonio Guridi (no gudari) Lasa- a un periodista, José Luis López de la Calle, guardias civiles, policías y otras personas de bien. Para Navidad todos en casa, y pelillos a la mar, escribirá en su christmas este año el ministro oscuro.

Es verdad que cuando una mujer, hace muy poquito, mató a su hija de seis años a los dos días de perder la custodia, Montero entró en modo mutismo, lo que no sucede cuando los asesinos son hombres. Discriminación positiva se llama, tanto que aquellas les ponen velas, como los mexicanos el día de muertos a los suyos.

Para explicarme estas degollinas que se ofrendan a la heroína posmoderna, le pregunto a Jorge Martínez, del grupo musical Ilegales, y me dice que sabe que vivimos en unos tiempos de muchos prohibicionistas vocacionales y que no se puede decir nada, «pero yo creo que hay que ofender y hay cosas que no se pueden respetar», explica, por eso escribo estas líneas, le digo.

Bueno, y que un representante de la Casa Invisible, Kike España, del conjunto de okupas de la propiedad ajena, comparta mesa con el Rey en un congreso de arte me confirma que si falla el protocolo lo siguiente puede ser la repanocha. Ojo al dato, susurraría García.

Bueno, y Moreno sigue su camino en el andalucismo, a este paso mañana le quitará el socialismo al PSOE, emulando a Paco de la Torre, que hace muchísimo que practica el viejo/video juego y desde entonces gobierna, y por eso al PSOE (a) ni se le espera.

Y que investigadores de la UMA descubran la tumba más antigua de Egipto y que no hayan dado con los cien millones de muertos del comunismo pues le lleva a Correos a hacer un sello conmemorativo del PCE, hoz y martillo de colorines incluido, y con dinero público. Dice mi admirado Trapiello que aunque la cheka se vista de seda… El totalitarismo está de enhorabuena y mientras tanto asustamos con los fantasmas acostumbrados y lo que haga falta, ¡uuuhhh!

Pascual Bruckner, un filósofo que estuvo en mi mesilla de noche sirviéndome mucho en mis días pasados, hace poco que respondió a su entrevistador que le preguntó por el terrorista islámico que casi acaba con la vida de Salman Rushdie que «los Nobel son unos premios muy cobardes, tienen miedo de las represalias del islamismo radical, tienen miedo también de premiar a Rushdie, cuando su obra es mucho más amplia que la de Annie Ernaux», a la que le han concedido el galardón y que abraza las pancartas de la extrema izquierda en París, lo cual viste mucho. La Academia Sueca mirando por no ofender a los asesinos, es lo que se lleva, colega.

Pero de nada de esto nos da tiempo de hablar en la comida que se torna cena en el templo de Beluga, en la Plaza de las Flores, donde Miguel nos regala a José Luis López Caparrós -veinte años de lucha por el hotel de Moneo en Atarazanas me contemplan-, al director comercial de sus caldos de Excelencia y a este servidor con sabores de lechugas vivas, crujiente carne de bogavante o arroces de pico roca que se suben por las paredes del paladar y nos rinden. Allí les comento la peripecia de Ricardo Arranz con Villa Padierna, que quiere asaltar un fondo abuitrado. Y en esto me llama un buen amigo, ex de Comisiones Obreras, y quedamos para hablar de otras cosas cuando despunte al alba naranja el horizonte desde el muelle de mega yates y runners sudorosos y digitales. Quevedo dijo así:

Aguarda, riguroso pensamiento,

no pierdas el respeto a cuyo eres.

Imagen, sol o sombra, ¿qué me quieres?

déjame sosegar en mi aposento.

Divina tirsis, abrasarme siento:

sé blanda como hermosa entre mujeres;

mira que ausente, como estás, me hieres;

afloja ya las cuerdas al tormento.

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