Málaga de un vistazo

Los ángeles y el mito de la caverna

Instalan los ángeles de las luces de Navidad de la calle Larios

Instalan los ángeles de las luces de Navidad de la calle Larios / Álex Zea

Ignacio Hernández

Ignacio Hernández

Los ángeles están por todas partes, incluso en la calle Larios. No solo los hallamos en el orden religioso, en las edificaciones funerarias, sino que también se han personificado en los emisarios del Adviento en esta urbe. Al estudio de los símbolos angélicos se le denomina angelología. Esta disciplina teológica define a los ángeles como criaturas celestiales creadas por Dios como sus mensajeros y este año han sido los elegidos por el Consistorio para iluminarnos la Navidad, en esta ciudad donde las luces ostentan una significación más allá de la propia luminosidad de estas fiestas. En el escalafón más alto se encuentran los serafines, querubines y tronos. Tras de ellos, en la segunda jerarquía angelical, emergen los llamados dominaciones, virtudes y potestades, entes cuya misión es velar por los confines que separan el mundo físico del orbe espiritual y luchar contra la adversidad. Todo ello me conduce a pensar en el mito de la caverna de Platón.

En este texto, el filósofo narra la relación entre lo tangible y el cosmos de las ideas la cual da origen a una certeza llena de luces y de sombras -Málaga-, pues la gente puede llegar a sentirse acomodada en su ignorancia y rechazar cualquier atisbo de reflexión crítica. En el libro VII de La República, el pensador plantea la importancia de la educación del conocimiento en la forma en la que cada uno contempla su existencia. Por una parte, tenemos la realidad tal cual es, la que padecemos en esta coyuntura sombreada de conflictos y contrariedades; por otra, nos sumergimos en un estado de ficción donde nuestras quimeras conquistan todo el protagonismo. Deseo que los ángeles de la calle Larios, además de alumbrarnos la Navidad, nos guíen hacia el encuentro con la aspiración personal de abandonar la inconsciencia. Parafraseando a Pablo Milanés: Málaga, yo no te pido que me bajes un ángel azul, solo te pido que este espacio llenes con tu luz. Así sea.

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