Tribuna

La Palestina que se pierde en el mapa de sus derechos

Inmaculada Sánchez

Inmaculada Sánchez

El Acuerdo de división del territorio Palestino en 1947 entre judíos y árabes por las Naciones Unidas y la posterior creación del Estado de Israel, ha hecho de esta región una de las zonas más tensas del mundo con conflictos bélicos continuos y con períodos muy cortos de paz, a pesar de la Declaración de la Carta de las Naciones Unidas y las resoluciones que reconocen los Derechos Nacionales del Pueblo Palestino, incluido el derecho de retorno y el derecho a la libre determinación, la independencia y la soberanía en el territorio de su patria. Una lucha desigual con oportunidades de vida también desiguales.

El 50% de la población del Territorio Palestino Ocupado (Cisjordania, Franja de Gaza y Jerusalén Este) depende de la ayuda humanitaria para sobrevivir y casi dos millones de personas viven atrapadas en Gaza, sin apenas acceso a servicios sociales básicos y oportunidades de vida.

El bloqueo, que durante 15 años, el Gobierno israelí está llevando a cabo sobre la región de Gaza, ha catapultado completamente las oportunidades económicas del territorio, en donde más de la mitad de la población es pobre, acentuando la extrema vulnerabilidad que sufre la población refugiada palestina.

Los sectores más importantes en la economía de Gaza como son, la pesca, la agricultura, construcción e industria, tienen impuestas restricciones tanto en las importaciones como en las exportaciones. Esto ofrece unos datos de paro en la Franja de Gaza por encima del 47%; una pobreza visible consecuencia de las políticas imperialistas israelíes que abocan a un pueblo al empobrecimiento, incapaz de utilizar sus recursos naturales, controlados, usurpados y manejados por las fuerzas de ocupación israelí.

El papel de las mujeres palestinas en esta lucha ha sido relevante pero no fácil, con una infrarrepresentación en las esferas de poder, fruto de una sociedad patriarcal, con raíces muy conservadoras que no ha hecho mermar la condición activista y de conciencia de género que a lo largo de los años ha caracterizado la posición de las mujeres en el conflicto. Muchas de estas mujeres fueron encarceladas por su participación, a finales de los 80 en las famosas Marchas en los Territorios Ocupados y muchas sufrieron agresiones sexuales que quedaron sin juzgar.

Tras la primera Intifada en el año 87, las militantes palestinas intentaron participar en la redacción de una nueva legislación, redactan la Carta de la Mujer que establece los derechos civiles, políticos, sociales y económicos de la mujer palestina y que quedó en un cajón de sastre por la incursión en el tablero de la organización fundamentalista Hamas, que hace retroceder las expectativas de apertura ideológica y de participación de las mujeres relegándolas nuevamente al hogar.

Cada 29 de noviembre se conmemora el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino. Desde CCOO, se ha llevado este año una campaña nacional por el reconocimiento del Estado de Palestina promovida por un abanico de redes, asociaciones y sindicatos, con el propósito de renovar el compromiso con la paz, la promoción y el respeto a los derechos humanos y poner fin a la violencia en la región de Oriente Medio.

Una violencia que tiene cifras, 300 palestinos sólo durante el año 2021, el año más cruel desde el 2014. El colectivo de periodistas es objetivo de los ataques, más de 70 periodistas han sido asesinados en los que va de año y con un número récord de encarcelados y amenazas de muerte. Asesinatos que se quedan impunes a pesar del llamamiento que la ONU hace a los gobiernos para que investiguen los crímenes y se procese a los culpables.

La Comisión de Investigación para los Territorios Palestinos Ocupados en un Informe de Derechos Humanos, junio 2022, sostiene que para acabar con la violencia y la situación de conflicto y la falta de derechos humanos hay que acabar, imprescindiblemente, con la ocupación israelí de los territorios palestinos. El Gobierno de Israel es el máximo responsable de este conflicto desigual de ocupación y colonialismo sobre el Pueblo Palestino.

Desde CCOO seguimos reivindicando el reconocimiento del Estado de Palestina como un Estado soberano y autónomo, y hacemos un llamamiento a Europa para que reconozca la urgencia y lidere una iniciativa diplomática que logre una solución justa y sostenible a este conflicto.

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