Tribuna

El sherpa trans

La ley trans volverá a debatirse en el pleno del Congreso a propuesta del PP

La ley trans volverá a debatirse en el pleno del Congreso a propuesta del PP

Carles Francino

Carles Francino

Hace años que la política europea incorporó a su diccionario la palabra sherpa. Dado que las negociaciones en Bruselas son de una complejidad casi sobrenatural, lo que hacen los ministros y jefes de gobierno es enviar por delante a expertos para desbrozar el terreno; igual que los sherpas cuando guían a los escaladores en el Everest. La otra tarde en la radio se nos apareció uno, en forma de médico, para guiarnos por el delicado territorio de la ley trans. Como el ruido político ha contaminado tanto este asunto, escuchar a alguien con experiencia y autoridad me pareció balsámico. Nuestro sherpa se llama Marcelino Gómez y es el coordinador de la Unidad de Identidad de Género en el hospital Doctor Peset, de Valencia.

Ahí van algunas de sus reflexiones. 1) Está a favor de todo lo que sea ampliar derechos sociales de las personas trans. Él ha visto durante demasiados años cómo muchas de estas personas -mujeres transgénero, sobre todo- malvivían arrinconadas en la marginalidad. 2) Ahora que los tiempos han cambiado, los perfiles trans también; «hay mucha menos disforia -dice-, las personas buscan cambios administrativos, consejos y acompañamiento psicológico». Se han disparado las consultas, es verdad, pero nada parecido a un «contagio social». 3) La transexualidad infantil es una realidad innegable, pero que nadie piense en decisiones precipitadas. El tratamiento a un niño transexual es gradual, se le administran los primeros bloqueadores en la pubertad, luego vendrán -si está claro- los factores hormonales y como último paso la cirugía de cambio de sexo. Pero cuando un menor -que raramente acude sin conocimiento de sus padres- pide modificaciones corporales, se estudia a fondo todo lo que tiene que ver con su demanda para evitar destransiciones que resultan muy dolorosas; en España apenas llegan al 2%. Ese es el panorama. Luego cada uno tendrá sus opiniones y sensibilidades. Pero cuánto tiempo y disgustos nos ahorraríamos si fuéramos capaces de encontrar sherpas de primera para todos los debates.

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