MÁLAGA DE UN VISTAZO

No me puedo reír

Me encanta la guasa, la ironía, la risa y por eso me suelo mantener bastante optimista, pero noto que últimamente estoy enfermando y me siento impotente

Este es el calendario laboral 2023.

Este es el calendario laboral 2023. / EP

Angelines de Lorenzo

Angelines de Lorenzo

Terminando 2022, sigo viendo las mismas noticias sobre crisis, decadencia política, merma del comercio tradicional…lo único que ha cambiado es la vertiente virtual que complica o facilita con sus efectos la realidad. Hay nuevas variables, pero como quienes las manejan parecen versiones cada vez más retorcidas de nuestros pretéritos, el virus que inoculan a todo lo que emprendemos se acaba manifestando de forma más agresiva.

Me encanta la guasa, la ironía, la risa y por eso me suelo mantener bastante optimista, pero noto que últimamente estoy enfermando y me siento impotente; es ese virus que transmiten la mayoría de políticas nacionales, algunas autonómicas y locales (no menos importantes), que nos dejan a los ciudadanos indefensos y sin vacunación posible aparente, sin otro remedio que recuperar el buen humor que nos permita aislarlo para vivir casi felices, pero con una gran dosis de responsabilidad y conciencia, para quitarnos ciertas ataduras y poder ejercer la profilaxis democrática oportuna: votar, siempre votar. Si no ves opciones o se te atragantan las existentes, vota nulo, para que no sume el voto en blanco al partido más votado, o si te da lo mismo, pues voto en blanco, pero votar, con cabeza fría y conocimiento de causa. Nunca aportan el recuento de votos nulos que, si bien se consideran un error, son la única forma de expresar interés político y democrático sin confiar en los postulantes: nulos por desencanto. Una doble ronda en nuestro sistema electoral con presencia de más de un candidato por partido, como en otras democracias, quizá nos diera oportunidades para elegir distintos enfoques dentro de cada partido con posibilidades de gobernar. Pero la ley electoral sigue permitiendo efectos perversos y, además, sabemos que existen cirugías legales para retocar la democracia hasta que parezca otra cosa…no me puedo reír.

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