El jugador número 13

Poco a poco

Una imagen del Unicaja - Breogán

Una imagen del Unicaja - Breogán / Gregorio Marrero

Juan Carlos Bonilla

Juan Carlos Bonilla

El Unicaja de nuestros desvelos, sigue con su paso, quemando etapas de una temporada que estaba señalada por su importancia desde antes de su inicio. Aunque sea una opinión personal, creo que la media del aficionado cajista, al menos el fiel, no el intermitente, ha sufrido tantos reveses que estaba literalmente loco por ver un mínimo de recuperación de algo de lo vivido en el pasado reciente.

Como ocurrió en la primera eclosión de éxito, allá por la temporada 1994/95, coincide que el fútbol, sea en la versión Málaga CF o la anterior de CD Málaga, está camino de mínimos históricos, e irse a ver al Unicaja es una de las mejores opciones al alcance, y sobre todo, lo mejor que creo que puedo decir del Unicaja actual es que está resolviendo los problemas uno a uno.

Tras tanto tiempo de decepciones, alguno pensaba que al ir todo bien en el inicio, se iba a ver una vuelta a los tiempos de oropel y un estatus tan lejano que se nos iba a olvidar todo lo malo, y que Pepe Sánchez y Carlos Cabezas estaban reencarnados en Kendrick Perry y Alberto Díaz.

La realidad es la que es, y de momento va perfectamente, se ha resuelto la clasificación para la Copa del Rey, con una solvencia poco habitual últimamente, y la FIBA BCL nos va a traer un grupo en la segunda fase muy en línea de lo que el presidente López Nieto decía cuándo explicó el salto desde la Eurocup. Tener de rivales a Galatasaray y AEK, y al ganador del Limoges-Riesen Ludwigsburg, son nombres de los que tienen más historia que presente, seguro que sí, pero que aparte de lo competitivos que puedan resultar los contrarios, no hay ninguno inaccesible, con lo cual, el próximo nivel, que es de lo que se trata con nuestro Unicaja, es factible y algo por lo que pelear.

Durante la gran mayoría de la historia cajista, las zonas temporales de buenos resultados han coincidido con el impacto de una gran figura en el banquillo, Ibon Navarro no tiene la vitola que en su día podían tener Bozidar Maljkovic o Sergio Scariolo, al menos de momento, pero lo está haciendo de manera adecuada, algo como el divorcio equipo-afición era más que palpable, y la vuelta al santuario del Carpena parece haberse resuelto.

Está claro que la firma del entrenador es algo casi imprescindible, y en la jornada de la última semana trajo un breve vídeo del entrenador del Covirán Granada, Pablo Pin, que, tras haber hecho debutar en ACB a Ángel Corpas y Ricardo Martín, dos chicos de la cantera granadina, dejaba claro que lo importante era seguir estudiando, terminar su carrera universitaria y sobre todo, seguir divirtiéndose con nuestro deporte, sobre todo fuera del ámbito de la organización de un club, que es imprescindible para que la carrera a desarrollar tenga la seriedad y el respaldo suficiente, pero no lo único.

Eso es algo que hace falta para conseguir cualquier nivel decente, pero sin el entusiasmo y la ilusión que se tiene cada vez que se juega en el patio del colegio o del instituto, no se llega a nada. No se puede prescindir de la pasión que se pone a ese rebote perdido en un partido entre amigos, en una cancha de cemento en un parque a pleno sol, o con un viento helado, igual que el rato de después del choque, mientras se charla del trabajo o los estudios, de lo que ha hecho tal jugador, o del día que ganamos por el triple aquel desde la esquina y no lo creía nadie.

Que ese rato de baloncesto callejero es algo casi imprescindible no creo que tenga mucha discusión, y el entrenador nazarí no ha hecho sino dar un toque de realidad para todo el mundo, porque al final, a la élite va a ser complicado que llegue incluso algún conocido.

Pablo Pin, apellido ilustre en el baloncesto granadino, con su padre y sus tres hermanos vinculados a nuestro deporte, y el cual tiene once temporadas en el club de casi toda su vida, desde la Primera Nacional, excepto su paso por el Promobys Tíjola almeriense, en el cual fue ayudante de Antonio Herrera en LEB Plata la temporada 2010/11, tiene ante sí un desafío enorme, mucho más con una plantilla que suena demasiado a LEB y que ha sufrido lesiones gravísimas en puntales de la misma, ojalá rompa pronto esa racha de 8 derrotas consecutivas y levante el vuelo, necesitamos seguir teniendo buenas noticias, y un Fundación Granada en ACB lo es por estos lares.

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