La Libreta del Duque de Chantada

Kyle Alexander, el hermano de Kayla que quería ser actor

Mel Otero

Joseph Alexander fue un destacado jugador de baloncesto en la Universidad de Niagara (NY) donde anotó más de 1.200 puntos en la NCAA. Se retiró como policía en la región canadiense de Ontario, donde crecieron sus tres hijos. La mayor Kayla destacó pronto en el baloncesto. Estrella de la Universidad de Syracuse fue elegida en 2013 con el número 8 del draft de la WNBA. Polifacética, mantiene un negocio de venta de ropa para mujeres altas, Tall Size, y en 2019 hizo las ilustraciones de un libro para niños que escribió con su hermana Kesia: «La magia del baloncesto». El pequeño de la familia era Kyle. Jugaba al fútbol americano, al hockey y al voleibol. Hasta los 16 años no llegó al baloncesto competitivo.

En High School asistió a Orageville Prep, donde compartía habitación con la estrella de los Denver Nuggets, Jamal Murray. Era el paso previo para llegar a la Universidad de Tennessee, donde le regalaron una Biblia con su nombre grabado. Una de sus posesiones más preciadas y que le acompaña a todas partes. Kyle es muy religioso, al igual que su hermana, y en su rutina previa al juego se pone siempre primero el calcetín izquierdo y luego termina de vestirse rezando por la salud de los jugadores de ambos equipos. De pequeño quería ser actor, su crecimiento y sus horarios de entrenamiento en UT limitaron sus oportunidades. Después de obtener su título en Comunicaciones en la universidad en tres años, aprovechó su último curso para realizar una pasantía en el departamento de cine. En una entrevista pre-draft aseguraba que cuando se retire le gustaría entrar en la industria del cine y la televisión como productor.

No fue elegido en el draft, pero entró en la plantilla de los Miami Heat. Con ellos se proclamó subcampeón de la NBA en la burbuja de Disney en 2020. Su hermana ya compaginaba la WNBA con las ligas europeas y después de consultarlo con ella decidió dar el salto a Fuenlabrada. Curiosamente el equipo por el que pasó su admirado José Manuel Calderón. Canadiense de nacimiento, Kyle es fan de los Toronto Raptors. Dos temporadas a gran nivel en el equipo madrileño le han abierto las puertas del Valencia Basket y la Euroliga. Con más de 8 puntos y casi 5 rebotes en menos de 20 minutos es un jugador importante en el equipo taronja de Alex Mumbrú.

En una entrevista con Javier Gancedo en la web de la Euroliga reconocía que su hermana ha sido su espejo y su fuente de mejora: «Literalmente fui a clase de matemáticas una vez con la nariz ensangrentada porque me golpeó con el codo, así que seguro que tuvimos un poco de rivalidad». Quizás por los 5 años de diferencia siempre ha sido su consejera: «De pequeño era casi como una segunda madre para mí. Era una adolescente y yo era un niño. Ella era una mujer y yo un adolescente. Ahora que los dos somos adultos nuestra relación es mucho más fuerte». Conversaciones frecuentes y una broma entre ambos: «Si yo he jugado bien, ella jugará mal; si ella ha jugado bien, yo jugaré mal. Es una broma que tenemos entre nosotros». El miércoles Kayla jugó con el Tarbes en la Euroliga ganando al Valencia Basket. Su actuación fue buena, 18 puntos y 5 rebotes. Si la profecía se cumple, Kyle no tendrá un buen partido en el Carpena.

Durante buena parte de la temporada se ha venido diciendo que la única victoria con «brillo» del equipo había sido en la Fonteta ante Valencia Basket, que el resto eran lógicas, aunque no se hubieran conseguido en los últimos 5 años. El domingo llega el momento de confirmarla en el Carpena. El equipo sigue ganando, pero hay que hacer autocrítica. Me han gustado mucho las palabras de Ibon Navarro al final del partido con victoria ante el AEK. Los cambios se asumen mejor ganando que perdiendo y está claro que, como dijo el técnico vitoriano, el equipo lleva 2 encuentros «leyendo» mal los partidos. Ante el Manresa y el AEK se han sacado los partidos adelante, pero ante los equipos que esperan este mes será casi imposible hacerlo si no se vuelven a «controlar» los partidos. El resultado va más allá de las estadísticas, como recuerda el técnico vitoriano, y a veces es más importante en la victoria un jugador como Will Thomas con -5 de valoración que otros con grandes números. La fortaleza de este grupo sigue siendo el colectivo y, si a algunos se les olvida, el rendimiento bajará, las derrotas llegarán y la valoración de todos los integrantes del equipo más allá de sus números también. Suerte...