En corto

Colgados de las redes, sin hacer pie

El año en que se tambaleó el metaverso: pérdidas milmillonarias y menos gafas vendidas.

El año en que se tambaleó el metaverso: pérdidas milmillonarias y menos gafas vendidas.

Pedro de Silva

Pedro de Silva

Ya no vale lamentarnos de haber sido atrapados por las redes creadas para comunicarnos como individuos. El resultado es una entidad supraindividual conectada consigo misma y con vida duplicada en un mundo exterior al que llama metaverso. Como esto es lo que hay, ahora toca preocuparse por su fragilidad. Los expertos aseguran que una caída masiva del sistema, capaz de provocar un verdadero apocalipsis, no es ya posible, pues la densidad, interconexión y autonomía de las redes es hoy tan grande que los desvíos y sustituciones repararían cualquier roto en poco tiempo, como hace cualquier organismo vivo ante un accidente orgánico. Pero a otra escala algo así se decía de los flujos financieros de la devastadora crisis de hace década y media. Los expertos, a sueldo del negocio, no suelen evaluar la capacidad que tienen los siniestros para encadenarse y formar redes catastróficas.

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