Cartas al director

La plaza de Hoyo de Esparteros y el Hotel de Moneo

Un espacio público cuyo pavimento era plano y que por obra y magia de las obras consentidas por la GMU se muta en una plaza con una pendiente enorme

Francisco Anaya Berrocal

Existen reglas básicas que sobrevuelan cualquier norma jurídica, que informan a todo el ordenamiento jurídico y que son derechos civiles que brotaron con las revoluciones americana y francesa como que todas las personas son iguales ante la Ley y que los gobernantes y sus funcionarios han de actuar en el ejercicio de sus tareas conforme a la Ley, conforme a Derecho.

El ciudadano se descansa en estas reglas básicas, sabe que todo nuestro ordenamiento jurídico es tenido y sostenido por estas reglas básicas que trasciende lo jurídico para elevarse a lo moral y lo político. El ciudadano o vecino presupone que cuando se aprueba cualquier tipo de norma, del rango que sea y en cualquier materia como por ejemplo en urbanismo, se cumplen estas reglas. Estas reglas básicas se concretan en principios y valores que son superiores a la norma jurídica, que informan a la norma jurídicas, que sobrevuelan nuestro marco jurídico. Acontece en el caso que nos ocupa, como son las obras realizadas en la plaza de Hoyo de Esparteros que han dado lugar a los aparcamientos subterráneos y al hotel de Moneo, que estas reglas básicas han sido vulneradas, que han sido violadas. ¿Por qué motivo a mí me permite la GMU edificar en altura 3 plantas + ático y al hotel le permite 8 plantas + ático en la misma plaza de Hoyo de Esparteros? ¿Por qué? ¿Cuáles son los fundamentos lógicos, racionales que amparan esta asimetría edificatoria? ¿Por qué desterramos la lógica del proceso urbanístico? ¿Por qué esa desigualdad de trato?

Políticamente la plaza de Hoyo de Esparteros es insostenible, está ahí, presente, cierta, real y tangible como monumento a la asimetría urbanística y de trato, como degradación del político y del urbanista. Nuestro local previo a las obras daba a ras de la acera para facilitar la entrada de minusválidos y esa acera estaba por encima del pavimento de la plaza; una plaza cuyo pavimento era plano y que por obra y magia de las obras consentidas por la GMU se muta en una plaza con una pendiente enorme, cuya inclinación recae sobre el lateral de la plaza donde ya existían edificios, que de la noche a la mañana se encuentran con este quebranto. ¿Cuáles son los motivos para esta inclinación? ¿Tiene algo que ver la construcción de los aparcamientos? ¿Por qué beneficiar a unos para perjudicar a otros? ¿Por qué? Evidentemente, este acto por sí solo se define, por sí solo se califica y evidentemente no hay estética sin ética. Esta pendiente dificulta la movilidad de personas sin visión, de las que van en sillas de ruedas… ¿Qué clase de urbanismo es éste? ¿Para quién está hecho? ¿Para el ciudadano o para intereses espurios e inconfesables? Este destierro de la lógica en el proceso urbanístico es un atentado al sentido común.

Otro tanto acontece con el mobiliario urbano que, en vez de ser repartido por la plaza, recae sobre el mismo lateral. ¿Dónde está la equidad? ¿O tal vez los bancos se han colocado para ajustar la pendiente a la acera? ¿estaban previstos los bancos en el estudio de detalle? Dicen que es legal, que se aprobó, que se abrió un período de información pública para oponerse... Pero cómo puedes prever está inclinación y que técnicos y políticos den el visto bueno cuando tenían que velar por un urbanismo equitativo y simétrico en el trato con sus vecinos; está asimetría de trato no debe ser legal, no se puede legalizar semejante asimetría porque atenta no solo al sentido común, sino a los principios y valores que tiene y sostienen nuestro ordenamiento jurídico, que está por encima de este atropello legal.

El hotel de Hoyo de Esparteros, la semana pasada desde el otro lado del Guadalmedina.

El hotel de Hoyo de Esparteros, desde el otro lado del Guadalmedina. / A.V.

Las gerencias de urbanismo al clasificar y calificar los terrenos, al definir la ocupación, la edificabilidad, el volumen, el uso... están determinado el valor de una propiedad, el contenido de propiedad consolidándose como bancos territoriales que ni se rigen por criterios de mercado, ni por criterios de salvaguarda de derechos civiles, sino que son instrumentos que usan, mal usan y abusan para beneficio de terceros privados. La actuación realizada en la plaza de Hoyo de Esparteros refleja un modo de construir ciudad que es un atentado a derechos civiles básicos como la igualdad de todos ante la Ley sin privilegios por ser Moneo, Hotels 10 o los sucesores de Braser y es un atentado al estado de derecho.

Por todo ello, les expreso mi disconformidad, mi total oposición a la legalización de dichas obras, mi temor a que mi local se inunde cuando arrecien aguaceros fuertes que acontecen en nuestra Málaga, que dicta mi sentido común independiente de cálculos técnicos y mi querer saber si las obras realizadas se ajustan estrictamente al diseño aprobado en la licencia de obras y no hay modificaciones. No quiero bancos encima de mi fachada por el impacto brutal que supone y la consiguiente aminoración de valor y de renta, ni quiero ese doble acerado, sino que se restituya el pavimento de la plaza al estado previo a las obras. Decirles que tras esperar mas de 20 años que se actuase en la plaza de Hoyo de Esparteros al haber estado en barbecho urbanístico con el quebranto económico que supone, me dejan el local hundido con la consiguiente merma de valor. Recapaciten y restituyan porque políticamente es insostenible y moralmente impronunciable.