Viento fresco

Nevadas

Hay algo hipnótico en las imágenes de estos días con nieve, inopinada en sitios casi a ras de mar

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nevadas / Jose María de Loma

Jose María de Loma

Jose María de Loma

Veo las imágenes de la nieve en cotas bajas de Cataluña y también en Mallorca. Nieve inopinada. Nieve donde normalmente no cae nieve. Nieve casi a ras de mar. Son cosas del cambio climático, dice un locutor. Yo creo que son cosas del invierno, también. Los copos caen mansamente, que es como los copos caen en las novelas tristonas. En las más dinámicas caen con rabia o si son novelas cursis caen trayendo la ira de los dioses. El caso es que la nieve cae y en este rincón del sur, a resguardo, en el sofá, equipado con un café sabroso y un jersey gordo (o al revés) se hace difícil pensar en afán alguno. Se hace difícil pensar en mociones de censura o leyes o asuntos así. La nieve es hipnótica. Y peligrosa para las metáforas. Los paisajes rurales de la isla balear son bellos y echo para atrás las imágenes retrasando la hora del informativo de un día sin más historia. Si no fuera por la nieve.

Yo vi nevar de pequeño en Madrid. Podría ser el inicio de un testimonio, la primera línea de un poema. Pero es la verdad. Y me cazó un fotógrafo del desaparecido diario ‘Ya’ y me sacó en una galería de fotos. De esas de páginas de huecograbado que se llamaban entonces. Salgo estilizado, con trenca y gorro e intentando meterle un bolazo a mi hermana, que corre no se sabe si a refugiarse o a coger nieve para devolverme la afrenta. No sé qué hacíamos en Madrid, he visto nevar otras muchas veces y tampoco sé por qué cuento esto, pero los recuerdos son así, le asaltan a uno en una tonta tarde invernal escribiendo o en el momento más inoportuno. Aunque claro, en una playa del trópico en verano con un mojito, el bufé de langosta a la vista y bellos ejemplares de ser humano cerca, tiende uno menos a la melancolía, a los recuerdos y a las nieves de antaño. Vendría bien aquí ahora una atinada cita, un verso de un poeta sobre la nieve, pero quizás eso nos dejara helados y no queremos que nadie afronte un día festivo como hoy destemplado o como un témpano o con la necesidad de ponerse abrigo extra. Andalucía es cálida.

Hoy puede que también nieve y que nos asalten recuerdos. Y que sigamos en el sofá o en la silla dándole a la tecla. A salvo de nevadas. No de la imaginación.

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