Opinión

Cartas de los lectores

EL PADRE NUESTRO ORIGINAL DE JESÚS

A propósito del capítulo 6, versículos 7-15 del evangelio de Mateo en que, como parte del sermón del monte, los discípulos piden a Jesús que les enseñe a orar, éste les responde que eviten muchas palabras pues Dios conoce a fondo nuestro corazón y necesidades y les dice la oración núcleo del Cristianismo, que es el Padre Nuestro. Pero, ojo, no olvidemos que Mateo escribe en griego entre los años 80 y 90, de donde se traduce a las demás lenguas. Sin embargo, Jesús habla en arameo y sólo dice estas palabras: «Abba (Padre), que tu amor esté sólo donde crecen nuestras acciones», a lo que se respondía «¡Que así sea!». Hablo de los primeros discípulos, de la Iglesia primitiva. De aquí se derivó a las versiones actuales en las distintas confesiones cristianas. Pero, yo me pregunto si es lícito que al final de este evangelio se diga «Palabra del Señor», cuando no fue Él quien pronunció la versión leída actualmente, sino una adaptación posterior de la Iglesia. Con esto no me opongo a la versión de la Iglesia, depositaria de la Escritura y de la fe, a la que me atengo. Sólo pretendo dar a conocer la versión original del propio Jesús en arameo. 

Miguel Hijano Guerrero

Málaga

Vivienda, ¿mercancía especulativa o derecho?

Cuando el capitalismo ignora la ética y su ansia de dinero no conoce límites, es oportuno ponerle coto. En España, gran parte de la vivienda va a parar a oportunistas fondos de inversión y a manos extranjeras que, al considerarla una mercancía más, adulteran el mercado para especular y recolectar rentabilidades desorbitadas.   La escalada vertical de los precios que conlleva, tanto de alquiler como de compra, hace que el acceso de la gente corriente a un hogar se torne inalcanzable.   Con el fin de controlar estas alzas manipuladas que imposibilitan la consecución de un derecho, Nueva Zelanda y Holanda hace tiempo y Canadá ahora, han prohibido adquirir bienes inmuebles a los extranjeros no residentes. La izquierda portuguesa hará lo mismo.   Urge un remedio para que lo constitucional deje de ser utopía. La ley de vivienda que se apruebe ha de ser valiente, y acompañarla de un gran parque de pisos públicos que rebaje los precios y retorne el sentido al derecho recogido en nuestra Constitución.

Miguel Fernández-Palacios Gordon

Málaga

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