Opinión | Zona Press
Equipo
Cuántas veces pronunciamos esta palabra todos los que nos dedicamos al deporte. Qué bonito es formar parte de uno. Pero qué difícil es crear uno. Parece sencillo eso de fichar una serie de jugadores o jugadoras, los o las mejores que puedas dentro de tus posibilidades y ya está. Quien piense que ya está, que es así de fácil, es que nunca perteneció a un equipo.
Formar un equipo es mucho más que reclutar a una serie de jugadores o jugadoras. Es convencer a todos que el equipo está por encima de cualquier miembro del mismo, y que cada miembro del grupo debe hacer lo que esté en su mano por el equipo, sin pensar en sí mismo. Cuando consigues que todos comprendan eso y sean capaces de asumir el rol que les toca desempeñar dentro del colectivo, les guste o no, es cuando ese equipo está preparado para conseguir el éxito. Y ese éxito no solo se consigue en el deporte colectivo. Que le pregunten a Nadal la importancia que tiene para él su equipo de trabajo en los éxitos que él ha logrado.
El equipo no solo lo componen aquellos que trabajan en la cancha. Va mucho más allá de eso. Un equipo no puede funcionar sin tu ayudante o ayudantes, siempre dispuestos a aportar para mejorar lo que planteas, dar su opinión sincera y trabajar con ideas que lo mismo no comparten cuando el primer entrenador no da su brazo a torcer o el ayudante no ha sido capaz de convencerle. O un preparador físico que trabaje por mejorar aquellos aspectos que tú no puedes mejorar en la cancha. Además, su responsabilidad en la prevención de lesiones es básica. O un médico que consiga que se acorten al máximo los plazos de recuperación de una enfermedad y el jugador o jugadora pueda estar a disposición del entrenador lo antes posible. O esos fisios o recuperadores que cuidan los dolores o lesiones para que ellos y ellas puedan seguir entrenando a pesar de sus dolencias.
Pero aún queda más. No puedes entender un equipo sin aquellas personas que se preocupan de que viajes en las mejores condiciones posibles, que los hoteles donde descansas sean buenos o que las comidas que haces en los desplazamientos estén equilibradas, sean abundantes y encima estén ricas. Aquellas personas que se ocupan de que vivas lo más parecido a cómo vives en tu propia casa, que no te sientas solo y que seas lo más feliz posible lejos de los tuyos. El personal de oficina que está dispuesto a solucionar cualquier problema que te pueda surgir. O quien se encarga de que la cancha esté limpia y preparada para que entrenes en las mejores condiciones. O que tu oficina de trabajo esté limpia. O que el material que necesitas esté preparado. El jefe de prensa que cuenta al mundo todo lo relacionado al equipo. Y esos directivos que están cerca del equipo, viven el día a día como un miembro más, ocupando horas de su vida no remuneradas, horas que podrían estar con su familia, descansando o usándolas para cualquier hobby que tengan, pero que las utilizan para sufrir con su equipo en aquellos momentos malos, que siempre son más que los buenos.
Todos hablan de la química que debe existir en un vestuario para que todo fluya como se quiere. Que todos los jugadores o jugadoras encajen como las piezas de un puzle no es tan sencillo. Tampoco es básico. Lo importante es que el respeto entre todos los miembros del equipo sea máximo. A partir de ese punto, es fundamental lo que ya hemos hablado anteriormente, que tengas claro que el equipo está por encima de ti y que tú debes hacer todo lo que está en tu mano por tu equipo. Nadie puede dudar de que estarás dispuesto a un esfuerzo extra por ayudar a un compañero, que pondrás toda tu energía en hacer el mejor bloqueo posible para que tu compañera se quede sola y pueda tirar, o que tu base sepa que si le ganan uno contra uno tú estarás detrás para cerrar esa ventaja. Hablamos de que si llega ese día en el que tu equipo necesita que cojas diez rebotes en vez de anotar quince puntos tú estés dispuesta a hacerlo. O si hoy resulta que hay que jugar para ese compañero que tiene ventaja, tú estés preparado para darle el mejor pase posible. Defender juntos, atacar juntas, ayudarse dentro y fuera de la cancha.
Sufrir, esforzarse, disfrutar, compartir, luchar, trabajar juntas. Y todos con la misma idea de juego, la que marcan los entrenadores, poniendo todo para llevarlas a cabo y siempre dispuestos a aportar para mejorarlas con tu experiencia. Pero no para salir tú beneficiado de esa aportación, sino para que sea el equipo el que se beneficie. Cuando consigues todo esto te acercas enormemente al éxito. Y ese éxito consiste en competir con el objetivo de ganar y hacerlo trabajando siendo felices gastando hasta el último gramo de esfuerzo, nada de dosificarse. Después, por supuesto, la pelota tiene que entrar y eso muchas veces depende de otras circunstancias que no están en tus manos. Llegar al éxito sin todo esto se me antoja imposible o, al menos, muy difícil. Si consigues tener un alto porcentaje de todo lo que hemos hablado lo mismo no logras el éxito pero te acercarás seguro, tendrás opciones de alcanzarlo. Lo que es seguro es que trabajarás siendo feliz porque tú habrás puesto todo de tu parte. Eso es lo más importante.
Suscríbete para seguir leyendo
- Este es el nuevo bar de Málaga con caña y espeto a solo dos euros que debes visitar: “Es de lo mejorcito…”
- Así es el colegio público de Málaga referente en innovación
- Enfermeras y fisioterapeutas de Málaga saldrán a la calle para exigir el fin de 15 años de pagas extra recortadas
- Ha dicho adiós al mundo de la televisión y ahora trabaja en el aeropuerto de Málaga: así es la nueva vida de este conocido rostro de Mediaset
- La Noche de San Juan en Málaga: playas, hogueras, y horarios especiales del transporte público
- Abre al tráfico la nueva conexión de la carretera A-404 con la avenida Santa Clara para descongestionar los accesos a Alhaurín de la Torre
- Unicaja 2025/2026: Raznatovic quita, Raznatovic repone
- Semana de pasión en Los Guindos: Taylor, Tillie, Kravish, Ejim, Tyson Pérez, Carter...