Se acercan las elecciones municipales y los ayuntamientos se afanan en obritas y asfaltados, acerados, baldeos y lavados de cara. El votante se merece no tener que pensar su voto y adherirse a la ciudad impoluta. Alcaldes, ediles y munícipes por antonomasia presentan planes para los barrios y los bordillos, las farolas y el mobiliario urbano. Es hora de hablar de grandes proyectos (y de descalificar al rival) pero también de la microcirugía urbana, el adecentamiento, la plantación de arbolitos y el repintado de medianas. Todo eso que es lo grande de la política municipal, aunque algunos que la ejercen piensen que tienen la vara de mando para darnos la vara, legar al mundo un sistema filosófico o encardinar su orbe al exclusivo club de las ciudades del mundo donde la gente va para hacer instagrameo. Menos rollo y más aparcamientos, diría un castizo, partidario también de que baje el bonobús más que de un nuevo auditorio. Los cabeza de huevo de la política municipal inventan eslóganes y proclamas para su candidato y le esconden las siglas o se las resaltan según convenga, al igual que se esconden o resaltan las canas o se viste al candidato de motero, lagarterana, moderado o radical.
Ayer todos los alcaldes se pusieron el traje de feminista como se pusieron hace unas semanas el de carnavaleros y como se pondrán en breve el de semanasanteros. El primer apellido de un alcalde es camaleón. Eso no es malo: es capacidad de adaptación a las situaciones nuevas, o sea, la definición de inteligencia. Lo que pasa es que ya nada es nuevo y todos los años es lo mismo y todas las vísperas de elecciones, lo mismo. Y lo que pasa es que ser inteligente no debe ser creer que los demás no lo son tanto. Si no fuera porque conllevan una campaña electoral, tendría que haber elecciones más a menudo. Para alivio del asfalto, sanación de las aceras, resurrección de las papeleras y diligencia en las obras.
Si ve a un concejal, dele los buenos días. Si ve a un alcalde, dele la vara. Están en edad de prometer, los tenemos agarrados por las urnas. Cuidado con el escalón.