Viento fresco

Hay Tamames para todos

A Tamames le falta salir en el Hola. Pero él no se casa con nadie

Ramón Tamames, en su casa, durante una entrevista a El Periódico.

Ramón Tamames, en su casa, durante una entrevista a El Periódico. / José Luis Roca

Jose María de Loma

Jose María de Loma

Las entrevistas con Ramón Tamames se han convertido en un género periodístico. Voy al quiosco a comprar el Tamames. Y a través de ellas, de las fotos, vamos viendo su casa, que es céntrica, casoplón madrileño, recargada y con muchas obras de arte en las paredes. Vemos también cada día a Tamames con un pañuelo al cuello diferente, con camisas y chalecos de colores vivos. Tamames en su casa desayunando, Tamames tomando un té o un refrigerio o la merienda. Le falta ser portada del Hola. Pero él no se casa con nadie. Tamames se pone delante de una grabadora ante un periodista consagrado o un becario, un preguntón petulante o un curioso impertinente.

Tamames se va justificando y va llevando la contraria a Vox y confiesa que está «como pez en el agua», pero no sabemos si se verá en el congreso como piraña entre boquerones o como sardina entre escualos peligrosos. Tamames cree en sí mismo después de haber creído en el comunismo, en el academicismo, en el centro, en Suárez y en la novelística. Tamames actúa el martes y el miércoles que viene y así se va anunciando como se anuncia a un eficaz vendedor o una vicetiple. La cita va a ser divertida, extraña, inédita, histórica e inolvidable, por usar adjetivos de folleto teatral. El viejo profesor quiere darnos una lección pero se agradecería que no diera la tabarra. No para de decir que también ha invitado a comer a Sánchez y que éste ha declinado la invitación, tal vez con la misma desgana que declinaría un bachiller aburrido en la clase de latín. Feijóo quiere que pase este trago cuanto antes. En realidad, el líder del PP quiere que todo pase cuanto antes. Que pase marzo y pase abril y vuele mayo y nos comamos junio, julio y agosto. Quiere Feijóo la pronta convocatoria de generales, el tiempo vencido, las urnas ya. Cree que ahora o nunca pero para el ahora falta lo que quiera Sánchez, que el martes y el miércoles, aprovechando su ausencia lo tildará de cobarde y tal vez otra vez de marinero de patrón dudoso. Tamames por contra no tiene prisa. Su futuro es la semana que viene y hay semanas que son para toda la vida.

Ramón Tamames.

Ramón Tamames. / José Luis Roca

Nadie quiere perder el tiempo pero no hay tiempo que perder. Sánchez ve la ocasión para lucirse mientras que los ingenuos ven la ocasión para enseñar sus ideas. No menos interesante va a ser ver cómo es capaz Cuca Gamarra de hablar sin gesto avinagrado. Deberá justificar la abstención pero nadie sensato debería abstenerse de ver el espectáculo. Tal vez hoy Tamames nos conceda ver su cocina y su dormitorio, sus discrepancias con Abascal y sus planes para el fin de semana. Veremos.

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