MÁLAGA DE UN VISTAZO

Sanación

Angelines de Lorenzo

Angelines de Lorenzo

Pareciera a veces que uno se encasquilla en la misma temática cuando escribes periódicamente. Y es así porque el mundo de cada uno gira siempre sobre los mismos ejes y la fuerza centrífuga hacia otras realidades se ve anulada por la centrípeta de tu propio ser, como eterno protagonista acaparador. Estar en esa primera línea, en la que empieza y acaba todo tu día, puede resultar agotador. No siempre se lleva uno bien consigo mismo y esos soliloquios pueden resultar fructíferos o transformarse en bucles insanos, que de no tener equilibrio emocional, podrían derivar en caída hacia un abismo.

Desde hace tiempo observo, no sólo por las noticias, que las personas estamos dejando de ser tan resistentes, combativas y aguerridas ante la rutina y las adversidades. Hay muchas personas en terapia o necesitada de ella, medicadas, preocupadas, irascibles, trastornadas… Desconozco el cúmulo de motivos de cada cuál, pero encuentro cierto patrón desde mi observatorio no profesional: falsas expectativas; falta de disciplina, de educación, comunicación, amor, escucha, de transcendencia y un amor propio hipertrofiado.

Parece que necesitamos ayuda aunque no la busquemos, así que os dejo, por si las moscas, un resumen de mi fórmula de sanación para cuando llegan los torbellinos del delirio: ejercicio, lectura, hablar en familia, conversar con la gente a pesar de que te puedan temer al verte, obligarme a vencer mis temores con ayuda de los míos y mis amigos y siempre reírme lo que puedo, empezando por mí misma. Añadir a esto dos onzas de chocolate negro casi a diario.

En fin, que necesitamos abrirnos al mundo aunque sea terreno hostil y debemos seguir confiando en que hay más buenas personas de lo que parece, seguro que empezando por ti.

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