Málaga de un vistazo

Desbancados

Jordi Cánovas

Jordi Cánovas

Llega la primavera con el estruendo de otro importante banco desplomándose; pérdidas, mala gestión y un mundo agitándose bajo sus pies fue demasiado para el histórico banco suizo que será absorbido sin mucho esfuerzo por su hasta ahora competidor. Hay que contener el impacto, el efecto dominó, evitar que se expanda y agrave el problema, ya se sabe que el dinero es muy cobarde y que su miedo provoca los desastres de los que huye a medida que se marcha. Un poco de dinero por aquí y otro tanto por allá y el miedo se queda en susto. Van dos seguidos. Veremos si se queda en eso. Cuando pasan estas cosas parece que ocurren de repente, de la noche a la mañana, que es cuando uno se entera, como de un fenómeno atmosférico, pero lo cierto es que vivimos de espaldas a una realidad que solo sale a la luz cuando revienta. Y se hace angustioso imaginar cuántas otras cosas están ocurriendo ahora mismo, a cuántos otros bancos no les salen las cuentas, qué otros conflictos no caben ya ni en la mesa, qué dimensión alcanzarán la tensión internacional y las guerras. Cuál será la próxima sorpresa que lo complique aún un poco más todo.

Y es que últimamente no salimos de una que ya estamos dentro de otra, llevamos una racha de acontecimientos globales que parece que quieran decirnos algo o retirarnos la palabra ya del todo. Tal vez que no vamos bien por donde vamos, o que cada uno va para un lado diferente y claro, con tantas trayectorias distintas lo normal es irse chocando y que quede en pie el más fuerte o el que menos golpes lleve. Los peores golpes, sin embargo, siempre se los llevan los que menos fuerza tienen, es ley de vida, y a fuerza de golpear cada vez son más los desprotegidos y peor lugar se vuelve la intemperie.