Cartas de los lectores

Diego Sánchez Bolsa

Viajes

Recién iniciada la estación primaveral de temperaturas agradables y primeras vacaciones en el horizonte, algunos empiezan a planificar más o menos concienzudamente sus próximos viajes.   Ahora bien, cierto es que cuando afrontamos la situación de trasladarnos a otros rincones del mundo diferentes, quedamos automáticamente envueltos en una especie de nebulosa que nos genera un cúmulo de emociones -positivas, por regla general- que parten de la curiosidad y del descubrimiento.   Porque las primeras ideas recopiladas para conocer esos ignotos lugares, si bien entrañan entonces una cierta dosis de arrojo o valor a la que algunos no están dispuestos asumir, una vez vencidas y -sobre todo- al hacer el balance final y recordar gratamente a los nuevos amigos, las comidas exóticas, las originales costumbres, los paisajes maravillosos, y las puestas de sol fantásticas, suelen compensar de largo en la inmensa mayoría de las ocasiones.   Y es que, además de romper con la rutina y aburrimiento diario, desvanecer la tensión y preocupación cotidiana, divertirse de modos distintos, descubrir cosas nuevas «inimaginables» que hasta pueden resultar motivadoras e inspiradoras, se logra lo mejor como es aumentar la felicidad.