TIERRA DE NADIE

La lata de mejillones

Juan José Millás

Juan José Millás

Quedé con un amigo para tomar café y charlar de esto y de lo otro. No recuerdo a cuento de qué, le escuché decir que la realidad era muy previsible y que eso era lo que más le molestaba a él de la realidad, que se la veía venir. Me sorprendió su irritación porque normalmente es un tipo tranquilo.

-¿Qué he hecho yo? -añadió-. Estudiar Derecho como mi padre, hacer oposiciones, igual que él, casarme, tener hijos, engordar, fíjate cómo estoy de gordo.

-Te puedo dar el teléfono de una nutricionista -le dije.

-¡No seas previsible tú también! -protestó.

En eso, sonó su teléfono, lo cogió, se puso pálido y dijo que tenía que salir corriendo.

-¿Ha ocurrido algo imprevisible? -pregunté.

Ni siquiera me respondió, pues ya se había levantado para dirigirse apresuradamente hacia la moto en la que había acudido a la cita. Horas después, me enteré de que su esposa había sido atropellada al cruzar la calle en un paso de cebra, precisamente en un paso de cebra, que es por donde se debe hacer. Hay gente que cruza por donde no es y jamás la atropellan.

Acudí al tanatorio, claro, a darle el pésame y me observó con expresión de lástima:

-Ya ves -me dijo-, aquí acabaremos todos.

-Es lo previsible -le dije sin ironía alguna.

Volví a casa dándole vueltas al asunto. Lo imprevisible había surgido precisamente cuando mi amigo se quejaba de lo previsible que era todo. Un día, en una sobremesa, estábamos hablando de la frecuencia con la que se saltaban los plomos cuando éramos pequeños y de repente se fue la luz. No soy supersticioso, pero escucha esto: si quieres que una cosa no ocurra, no la menciones. Aún sin mencionarlas, suceden. El miércoles pasado rompí un huevo para hacerme una tortilla y aparecieron dos yemas en vez de una. Sucede en uno de cada mil huevos, o sea, que es imprevisible. Me dio asco y lo tiré. En cierta ocasión, abrí una lata de mejillones que no tenía mejillones, sino anchoas. Me dio miedo comérmelas también. Al contrario de mi amigo, creo que la vida es imprevisible, por lo que, cuanto menos la manipulemos, mejor.

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