EL OJO CRÍTICO

Ya nadie habla del precio de la luz

Fernando Ull Barbat

Fernando Ull Barbat

Hace tres semanas se produjo en España una de esas noticias que de manera sorprendente apenas tuvo repercusión en los medios de comunicación. Me refiero al hecho de que durante toda la tarde de un domingo el precio de la electricidad en España tuvo un coste cero. Desconozco las circunstancias exactas por las que durante varias horas los españoles pudieron consumir toda la luz que quisieron sin tener que pagar nada por ello. O mejor dicho, entiendo el motivo aproximado de que esto ocurra pero es tan complicado y tan enrevesado como también lo es el sistema por el que se calcula el precio de la luz. Y digo que de manera sorprendente ya que la gratuidad de la electricidad no abrió los telediarios ni fue portada en los periódicos ni los programas de variedades de las mañanas televisivas estuvieron durante horas hablando de la gratuidad de la luz como sí hicieron cuando el precio del kWh escaló hasta límites insostenibles para los usuarios. Durante los primeros meses de la guerra en Ucrania en las televisiones sólo había dos noticias: el precio de la luz e imágenes horribles del salvajismo del ejército ruso y las hordas de mercenarios fascistas que apoyan al Kremlin. Poco después llegó el alza de los precios de los productos de alimentación.

Lo normal hubiese sido que, de igual manera que periódicos y televisiones estuvieron durante semanas hablando a diario del precio de la electricidad, casi de hora en hora, entrevistando a comerciantes, empresarios y madres y padres de familia, indagando hasta la extenuación qué opinión tenían del elevadísimo precio que la electricidad alcanzó durante varios meses en España, también ahora hubiesen sacado las cámaras a la calle para entrevistar a esas mismas personas sobre qué les parecía que la luz hubiese sido gratis durante toda la tarde de un domingo o que el precio haya disminuido de manera paulatina mes a mes. Yo sé que alegrarse de que a España le vaya bien es algo que está mal visto. Peor aún cuando un buen dato es responsabilidad del Gobierno. A la derecha española se le han terminado de manera exprés los argumentos para intentar desvirtuar todo lo positivo que para nuestro país ha tenido la llamada excepción ibérica en orden a conseguir la bajada del precio de la luz. Esta medida, que llegó a ser calificada por el Partido Popular como “timo ibérico”, fue una iniciativa de Pedro Sánchez que, si bien al principio fue recibida de manera negativa por los países miembros de la Unión Europea, en un momento posterior intentó ser aplicada a sus territorios por esos mismos países. Sin mucho éxito por cierto.

En realidad la noticia puntual de la gratuidad de la luz se une al hecho de que el precio del kWh ha dejado de ser noticia en España por el simple motivo de su bajada generalizada. Todas las semanas su precio disminuye respecto a la misma semana del año anterior, como también sigue aumentando la creación de empleo y el número de cotizantes a la Seguridad Social. Parece que los españoles sólo nos alegramos cuando se repiten malas noticias económicas, sólo estamos pendientes de un determinado tema económico cuando su repercusión es mala o muy mala. O quizá lo que se esconde en realidad detrás de este adormecimiento de la capacidad crítica de los españoles es la firme voluntad de determinados medios de comunicación por influir en las próximas elecciones generales. El periodismo tiene entre una de sus funciones situar al ciudadano ante los hechos consumados de los partidos políticos y también ante sus intenciones no expresadas de manera fehaciente. Pero lo que no debe hacer es esconder la realidad cuando su simple constatación supone elementos positivos para la sociedad que merecen ser aplaudidos por todos.

Que a pesar de la existencia de una guerra en Europa nuestro país haya crecido más de un 5% en su PIB el año pasado, que el desempleo baje y que los ingresos por turismo estén creciendo a un ritmo inmejorable, debería ser noticia habitual de los telediarios y portadas en los periódicos. También que el precio de la luz disminuya cada semana y que incluso sea gratis algunas horas al día. La repetición constante de las lógicas diferencias entre los dos partidos que forman el Gobierno o repetir hasta el aburrimiento la última bobada dicha por algún jugador de fútbol son una trampa de malos periodistas para evitar tener que dar buenas noticias a los ciudadanos cuando estas se producen. Ni hay que alabar a un político ni repetir de manera machacona cualquier anodina novedad para esconder excelentes noticias en materia económica.

En cualquier caso todo lo positivo que merezca ser reseñado es un éxito de la sociedad española en su conjunto. La derecha política en España, me refiero al Partido Popular no a la ultraderecha carpetovetónica, debería alegrarse cada vez que un dato económico asienta el Estado del bienestar: en el caso de que que volviese a gobernar lo haría en condiciones muy ventajosas.

Licenciado en Derecho

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