En corto

Era solo gente pateando en el teatro, hombre

Pedro de Silva

Pedro de Silva

Aunque nunca ha sido fácil definir lo kitsch, una manera es verlo como restos de formas fuera del tiempo en que tuvieron sentido y le dieron estilo. Suele tener una acepción peyorativa, pero el gran kitsch puede llegar a ser arte verdadero. La ceremonia de coronación de Carlos III de Inglaterra, por ejemplo, ha sido un ejemplo de kitsch magnificente y elevado a la excelencia. En toda monarquía, con su aparato escénico y de atrezzo, hay claramente un componente kitsch, aunque solo cuando alcanza el gran estilo estalla todo su poder de evocación. Hay a quien, embargado por la emoción, esa regurgitación de las formas del pasado puede resultarle estupefaciente y llevarlo a confundir lo Real con lo real. Eso debió de ocurrirle al Premier británico, Rishi Sunak, deteniendo y reprimiendo a modo a manifestantes republicanos, como si estuviera al servicio de la Reina Victoria.

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